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Encuentro Social, partido fuertemente ligado a iglesia pentecostal: Bernardo Barranco Con Denise Maerker

julio 31, 2014
El pez mocho del Partido Encuentro Social (PES)

El pez mocho del Partido Encuentro Social (PES)

La aprobación de la creación del Partido Encuentro Social es una violación a las leyes mexicanas que prohíben mezclar política y religión, dijo el analista Bernardo Barranco.

El artículo 130 constitucional es muy claro al respecto:

«El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo…Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios. Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione con alguna confesión religiosa. No podrán celebrarse en los templos reuniones de carácter político».

Pese a la laicidad dde nuestra leyes que deberían guardar los políticos en México, esta regla no se cumple, empezando por diferentes servidores públicos, llegando hasta la aprobación del Partido Encuentro Social, pues su presidente Hugo Erick Flores Cervantes, cuya trayectoria está fuertemente ligado a iglesias pentecostales.

bbDe acuerdo con el sociólogo especialista en religión, Bernardo Barranco, esto da muestra de una «especie de ‘reconfeccionalización’ de lo político», donde desde el Presidente guarda un trato especial con la Iglesia católica; los gobernadores quienes encargan sus e¿Estado a Dios;  hasta los alcaldes quienes también  encargan a Dios la buena dirección de su gestión y de de su territorio.
«Lo religioso está invadiendo lo político», Es un momento delicado de transgresión por parte de la clase política  pragmática y sin sentido de la historia, agregó el especialista, quien agregó que el Partido Encuentro Social «conlleva una ideología muy conservadora,con  temas abordados como la familia, los homosexuales y el aborto que no lo distinguen de la llamada derecha católica.

«Estamos viviendo la vulneración del carácter laico de nuestro Estado», aunque las leyes marcan la laicidad del Estado, «nuestra clase política, en su pragmatismo, hace precisamente todo lo contrario; en función de sus propios intereses».

Aunque se cumplió con los requisitos marcados por el Instituto Nacional Electoral (INE), a decir de Barranco «no se ha querido ver que este es un partido que está fuertemente ligado a iglesias neopentecostales que han venido creciendo de manera muy importante en los últimos 10 años».

Bernardo Barranco, señaló que en la parte técnica pudieron haber librado los requisitos, sin embargo, hace falta ir más allá. Recordado que Erick Flores, ante el gobierno de Felipe Calderón se presentó como la interlocución evangélica para su campaña. Eric Flores dijo sigue la misma estrategia de su aliada Casa sobre la Roca otra agrupación para-religiosa de corte neopentecostal.

«El INE se lavó las manos, Gobernación probablemente no hizo bien su trabajo», lo que ha dado como resultado el incumplimiento del Artículo 130, que prohíbe mezclar lo político con lo religioso.

Para escuchar su intervención:  http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=429979&idFC=2014

El nuevo partido neopentecostal

julio 30, 2014

 

 

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Por Bernardo Barranco V.

La Jornada, jueves 30 de julio de 2014

La ambigüedad y el doble discurso acompañan al naciente Partido Encuentro Social (PES). El mayor señalamiento consiste en ser un partido confesional de corte neopentecostal. Su presidente, Hugo Eric Flores Cervantes, se dice cristiano, pero no ministro, y mucho menos pastor. Sin embargo, su trayectoria indica lo contrario. No es de extrañar que el ascenso en México y en América Latina de las iglesias pentecostales haya alcanzado a tener brazos políticos que posicionen sus intereses y agendas en los entramados del poder. Así pasa en Brasil con la Iglesia Universal del Reino de Dios, la cual desde hace 15 años tiene una representación robusta en los tres órdenes de poder del país. También en Colombia y en varios países centroamericanos los grupos evangélicos tienen expresiones político partidarias que reflejan la pluralización y el alcance que estas nuevas minorías están desarrollando. En el caso mexicano no es de extrañar la irrupción evangélica en la vida partidaria y electoral, porque la Iglesia católica parece afianzar su influencia en el PAN y de manera palpable en el PRI. Muchos gobernadores y presidentes municipales encomiendan a Dios sus territorios y mandatos, vapuleando el carácter laico de su desempeño público y del Estado. Por ello el hecho de que un partido religioso disfrazado reivindique lo que en los hechos goza la iglesia mayoritaria. Se podría llamar justicia divina, pero no la justicia secular mexicana, ya que su irrupción viola el 130 constitucional, el código electoral y la Ley de asociaciones religiosas y culto público. En este país, al menos así lo dicen las leyes, no está permitido un partido confesional. Por ello los partidos están obligados a actuar y conducirse sin ligas de dependencia o subordinación con ministros de culto de cualquier religión. Bajo este manto de sospecha, el presidente del nuevo partido insiste a los cuatro vientos: No somos partido religioso, al contrario, somos liberales, como si ser liberal lo eximiera de ser religioso. Flores quiere escamotear y sabe bien que la mayoría de los liderazgos protestantes en México, al menos, son juaristas, políticamente liberales y laicos.

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Eric Flores es un personaje de largo linaje evangélico. Nace en el seno de una familia enlazada a la Iglesia de Dios, agrupación de corte bautista; estudia en una preparatoria presbiteriana, Instituto Juárez, en el sur del DF, y desde muy joven milita políticamente. Trabajó con el grupo priísta de Colosio y fue asesor de Ernesto Zedillo, bajo la dirección de Liébano Sáenz. Encontré en el libro de Mariano Ávila Arteaga Entre Dios y el césar: líderes evangélicos y política en México (1992 -2002) una reveladora entrevista en la que el actual presidente del PES afirma: Queremos el poder para crear un modelo de gobierno de justicia y de misericordia para que este pueblo voltee a ver a Dios. Eso será posible con gobernantes íntegros cristianos. Ahí afirma no creer en los partidos y, con un toque de mesianismo conservador, proclama: El gobierno civil es bíblico. El federalismo surge de la Biblia. En ello pensaban los que crearon la constitución estadunidense. Hallaron inspiración en Moisés y su formación de líderes laicos.

 

Flores se alía con Casa sobre la Roca, una Iglesia dirigida por Alejandro y Rosi Orozco. Se venden ante Felipe Calderón como el leal brazo evangélico de su campaña presidencial. Igualmente neopentecostal, Casa sobre la Roca navega también en la ambigüedad, no se reconoce una agrupación religiosa, sino una comunidad de superación humana con inspiración en los valores bíblicos que se sustentan en los principios de la teología de la prosperidad. Pero su concepción de familia, sexualidad, aborto y otros análogos es idéntica a la de los católicos conservadores. En ese mismo sentido, el PES, expresado por Daniela Pérez, delegada de Baja California Sur, se pronuncia por el establecimiento de un matrimonio exclusivamente entre un hombre y una mujer, el cuidado y protección de la vida desde su concepción hasta su muerte natural y no inducida, la prohibición al acceso de páginas pornográficas en escuelas, oficinas de gobierno y en áreas públicas.

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El PES de Eric Flores puede representar un modelo inédito que aglutine corrientes conservadoras y ultraconservadoras en México. Ante el desgaste político y simbólico de grupos de derecha radical católica como el Yunque, muchas asociaciones conservadoras requieren nuevos interlocutores y canales más modernos de representación con el poder político; en este sentido el PES apuesta como una conveniente alternativa. Hay que reconocer que la derecha se ha modernizado; ya no es el actor ultra, iracundo, personificado por Serrano Limón. El antropólogo Roger Bartra nos recuerda que si algo irrita a los políticos que viven bajo viejas coordenadas ideológicas es que se esté constituyendo una derecha moderna y que incluso haya impulsado la transición democrática en México.

Flores, el presidente del PES, retoma el proyecto de Casa sobre la Roca fraguado en los tiempos del calderonismo. La pluralización del campo religioso en América Latina ha obligado a incorporar nuevos actores evangélicos con diversas tradiciones, intenciones e intereses específicos. Dicho de otra manera, la ultraderecha ha dejado de ser sólo católica, tiene una competencia evangélica que puede bajo ciertas circunstancias convertirse en aliada. Ambas, la derecha católica y neopentecostal, cuentan con recursos humanos y económicos, con fuertes vínculos internacionales, especialmente con poderosos grupos afines en Estados Unidos. En el fondo la presencia del PES plantea la resignificación de las derechas religiosas del país. Los grupos conservadores quieren salir de sus catacumbas. No cabe duda de que la secularización de la cultura y la globalización han tocado las puertas de los nuevos grupos conservadores, los cuales han logrado mutar, adaptarse e insertar su agenda en la plaza pública. La irrupción del PES lleva a considerar de forma crítica la tentativa conservadora de reconquistar el espacio secular. La derecha encapsulada y conspiradora, como el Yunque, se ha vuelto obsoleta, mientras grupos como el PES suponen el asedio a los espacios de la sociedad civil urbana, la incidencia religiosa en políticas públicas y el ascenso político de una nueva generación, religiosamente conservadora.

 

La sombra política de El Yunque

febrero 9, 2012

POSTEANDO

Bernardo Barranco

2012-02-09 • ACENTOS

Además del triunfo de Josefina Vázquez Mota a la candidatura por la Presidencia de la República, las elecciones internas del Partido Acción Nacional (PAN) arrojaron candidatos vinculados a la organización secreta denominada El Yunque. En Guanajuato destaca el triunfo a la candidatura a gobernador de Miguel Márquez, ex seminarista y en Jalisco Fernando Guzmán, personaje cercano al cardenal Juan Sandoval Íñiguez.

El tema es sumamente delicado pero tampoco es nuevo pues hace más de treinta años lo había denunciado con particular relevancia Manuel Buendía en su libro “La Ultraderecha en México”. Sin embargo, no ha merecido un tratamiento exhaustivo tanto por la academia como por los principales analistas del país ni tampoco de los medios.

El Yunque hoy, es una leyenda negra y un secreto a voces sobre la existencia de una ultraderecha católica enquistada en estos doce años de administración panista tanto al interior de las estructuras de poder gubernamental como al interior del propio partido.

“El que obedece no se equivoca”, uno de los lemas de una organización de corte autoritario y paramilitar cuyos fines, siguiendo las investigaciones del periodista Álvaro Delgado, es defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de del mal para instaurar el reino de Dios en la tierra mediante la infiltración de todos sus miembros en las más altas esferas del poder político.

En suma El Yunque es fanático en lo religioso y ultrarreaccionario en lo político.

Hay que recordar que Luis Calderón Vega, padre del presidente Felipe Calderón Hinojosa, renunció al PAN en 1981, entre otras razones, por la creciente infiltración de dicha secta en las filas azules. El propio Felipe lo combatió al inicio de su mandato, marginando la corriente encabezada por Manuel Espino, pero con el paso del tiempo ha cohabitado y hasta cogobernado con grupos y personajes señalados como destacados militantes de dicha organización.

Podríamos sentenciar que Felipe Calderón ha estado atrapado, durante su mandato, entre dos sectas. El Yunque multicitado y Casa sobre la Roca un grupo evangélico Neopentecostal, ambas con desmedidas ambiciones políticas.

En su libro, “Los secretos del Yunque”, Luis Paredes, notable militante yunquista, nos habla de la vigorosa expansión a Colombia, Chile, Puerto Rico y, particularmente, España. Hace unos días otro ex miembro en Madrid, declara que para la Iglesia española El Yunque es una bomba de tiempo.

Hasta la derecha española le teme; el dossier, elaborado por Fernando López Luengos, vicepresidente de Educación y Persona, una de las asociaciones de cristianos laicos más activas en las movilizaciones contra la ley del aborto, asegura que El Yunque se ha infiltrado en el PP, la Iglesia, Ong’s católicas como Intereconomía, Hazte Oír y Profesionales por la Ética.

Bajo el título de “Análisis del asociacionismo de los laicos cristianos españoles y la intromisión de El Yunque”, el informe pone al descubierto los objetivos que persigue la secta integrista: «La ocupación de parcelas de poder político y de influencia mediática cada vez mayores» y la creación de «redes de captación de jóvenes y adolescentes para su organización».

El asunto no es para la colección de anécdotas. Sobre todo cuando miembros del equipo de asesores de la propia Josefina Vázquez Mota se le vinculan a dicha organización teocrática.

Milenio Estado de México, jueves 9 de febrero de 2012

Estado e Iglesia:¿quién da más?

diciembre 21, 2011

Bernardo Barranco V.

MÉXICO, D.F. (Proceso).- La manera abrupta y contradictoria con la que actuó para reformar el artículo 24 de la Constitución, exhibe una vez más los afanes de la clase política por congraciarse con la jerarquía católica. Con madruguetes y artificios legislativos, tal como ocurrió con las reformas en las 19 entidades en las que se repenalizó el aborto en 2009, se evita el debate y se impone el albazo.

El PAN y el PRI hicieron mancuerna de nuevo para avalar una vieja pretensión de la Iglesia católica: elevar a rango constitucional la libertad religiosa.

Ante la próxima visita de Benedicto XVI a México, ambos partidos registran y aun admiten el creciente peso político del clero que incide ya en el ánimo electoral; ceden también ante él, por conveniencia, temor o chantaje. ¿Por qué la libertad religiosa? Porque la agenda moral que ostenta la Iglesia (aborto, familia patriarcal y sexualidad) requiere una mayor facilidad de acción de sus representantes y de espacios de actuación institucional.

Esto es ir más allá de la libertad individual de creer o no. La libertad religiosa incluye la capacidad de maniobra societal y de acción política de la propia Iglesia. En una reveladora entrevista concedida a este semanario en 2006, Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, destapó la intención de la Iglesia para reformar el artículo 24 y reconoció que enfocaría su presión sobre el Poder Legislativo, fundamentalmente con los líderes de las bancadas.


“Hay que entrar en relación personal con ellos, porque muchos políticos piensan que, en materia de relaciones Iglesia-Estado, ya no hay nada qué hacer”, dijo en esa ocasión (Proceso 1574).

El pragmatismo de la clase política mexicana es un factor de riesgo real, no sólo para la consolidación de la laicidad del Estado, sino para el desarrollo de la propia democracia en el país. Bajo la consigna del “realismo político” subyace el imperio del resultado electoral cortoplacista que ha venido liquidando las identidades y tradiciones políticas. La búsqueda del todo para la siguiente elección se impone, así como la lógica de la codicia de los grupos por el poder, dispuestos a sacrificar raíces políticas y trayectorias ideológicas.

En ese rango nadie se salva. El mismo Emilio Chuayffet, quien se presume liberal, declaró a finales de noviembre pasado que quería lejos a los católicos: “No queremos que intervengan en la vida política porque sabemos cuán lejos pueden llegar”. Semanas después se convirtió en el principal artífice de la reforma.

Ese gesto no pasó inadvertido para el diputado Porfirio Muñoz Ledo: “¿De cuando acá Chuayffet es tan católico?”, declaró. Lo mismo puede decirse de otros actores, como Beatriz Paredes, sacudida por las feministas que le reprochan su complacencia por las reformas de 2009 que ahora tienen a muchas mujeres en la prisión.

También del perredista Pablo Gómez, magnánimo con las libertades de la Iglesia católica, quien apeló a una consigna de un grupo de la vieja izquierda; o de Emilio González zMárquez, el góber piadoso, conocido por sus donativos a la Iglesia cristera de Jalisco a costa del erario estatal; o el propio Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien con frecuencia se reafirma católico y guadalupano, e incluso ha mantenido relaciones políticas poco católicas desde su campaña política de 2006 con grupos neocarismáticos encabezados por la secta cristiana Casa Sobre la Roca. Hay muchos otros casos que tienen el mismo talante: el cálculo de la rentabilidad política a costa de la congruencia.

A Enrique Peña Nieto se le señala como uno de los promotores de la concesión legislativa al clero católico. Él ha venido cultivado la imagen del político priista moderado con posturas religiosas conservadoras acorde con la atmósfera actual. Su look e impostura religiosa se asemejan más a las características distintivas de un personaje panista: joven, metrosexual, conservador, eficiente, dinámico, católico, patriota, defensor de la familia, apasionado, apuesto y poco leído.

Es el embozo para satisfacer los altos niveles de audiencia, posicionándolo a tal grado que asegure el inevitable retorno del PRI a Los Pinos. Como candidato a la Presidencia de la República parece desempolvar las viejas tesis salinistas sobre el papel político de la Iglesia y asignarle un destacado rol de aliada estratégica.

Durante su mandato como gobernador desarrolló una política de cercanía y arropó a los 14 obispos mexiquenses que de buena gana se dejaron consentir y con sumo agrado le acompañaron a Roma en diciembre de 2009 a visitar al Papa Benedicto XVI para anunciar su enlace matrimonial con la actriz Angélica Rivera. Así tendríamos que leer la postura de Víctor René Rodríguez, obispo auxiliar de Texcoco y secretario general de la CEM, quien calificó como “exitosa” la gestión del mexiquense.

Peña Nieto se ha convertido en los últimos años en un invitado permanente a las asambleas generales de los obispos. Tras un análisis comparativo, el autor puede afirmar que más de 30% de los obispos ubicados principalmente en el centro y norte del país miran con simpatía a Peña Nieto; puede decirse que, más que priistas, los obispos se comportan como peñistas.

Por el lado del PAN, sobre todo del presidente Felipe Calderón, la relación con los obispos ha sido sinuosa. Pese a que el presidente proviene de “cuna azul”, los sectores duros del CEM miran con recelo y desconfianza el pragmatismo político del presidente y en especial sus alianzas con grupos neopentecostales ultraconservadores encabezados por Rosi y Alejandro Orozco.

El presidente se ha empeñado en demostrar su catolicidad y es un hecho su intervención en la polémica reforma al 24 constitucional. Josefina Vázquez Mota, a su vez, es la precandidata panista con la agenda clerical más abierta hacia los obispos mexicanos. En su equipo de campaña destacan católicos conservadores afines al Yunque; también entra a la competencia por la generosidad y la benevolencia, obsequiando a cada obispo, en enero de 2011, un iPad, cuyo costo unitario es de 12 mil pesos.

La disputa por granjearse la benevolencia religiosa se incrementará hacia 2012. Y el juego sucio está contemplado. Además, la Iglesia católica posee por naturaleza, una sólida complexión política propia; su alto clero tiene experiencia probada. La jerarquía sabe, sobre todo en las coyunturas electorales, insertar con firmeza su agenda e intereses propios.

Así lo hizo en las reformas al artículo 130 constitucional hace 20 años. Un proceso electoral implica el reacomodo de actores, de proyectos y de grupos. Es la oportunidad porque es el momento de mayor debilidad del sistema político, y los prelados aprendieron, siguiendo la escuela de Girolamo Prigione, a presionar y a sacar el máximo provecho. La pregunta es si la Iglesia realmente tiene mayor poder o es la clase política la que se alejado de la sociedad

Estudios sobre el comportamiento de la jerarquía católica indican que los obispos con mayor arraigo en la permanencia al frente de sus diócesis tienen mayor peso social y político. El proceso de descentralización y la aparición de gobernadores virreyes favorecen también la gravitación política de los prelados. De un universo de 110 obispos en activo, 56% tienen un arraigo entre cuatro y 10 años; 22% de los prelados tienen más de 11 años de residencia.

En esta franja algunos se convierten en actores fácticos del poder. Por ejemplo, el jalisciense Juan Sandoval Íñiguez, quien adquirió un desmedido peso político; el arzobispo Emilio Berlié, quien ha actuado en política en Yucatán y es uno de los factores de ascenso del PRI en la entidad, antaño bastión panista; o el “daltónico” Onésimo Cepeda, capellán de la élites políticas del PRI.

Hay una paradoja, que poco importa a la clase política: mientras más peso y poder político tiene la estructura eclesiástica católica, menos influencia espiritual y pastoral posee entre la población. Así lo indican los datos duros de los últimos censos: en 1970, 96.2% de la población se declaró católica; en 2010 el índice bajó a 83%. Y aun cuando la clase política habla de la trascendencia de la laicidad del Estado en la democracia y en la convivencia social, en la práctica esta es transgredida.

Señores: ¿quién da más?

* Especialista en el estudio de las religiones.

Revista Proceso no. 1833,  18 de diciembre de 2011

 

Casa sobre la Roca en Gobernación

diciembre 8, 2011

Casa sobre la Roca en Gobernación
Bernardo Barranco V.

Existe una seria preocupación entre sectores protestantes por la designación de Obdulio Ávila como subsecretario en la Secretaría de Gobernación (SG). La razón es delicada, me señalaban, ya que al parecer pertenece a Casa sobre la Roca y tiene lazos muy estrechos con sus dirigentes fundadores: el matrimonio Orozco. En términos formales, nada impide a Obdulio Ávila, ahora número dos de la SG, que en términos de sus creencias pueda ejercer dicho cargo de gran responsabilidad. El Estado laico le garantiza el pleno goce de sus derechos, independientemente de que pueda ser católico, adherente a Casa sobre la Roca y rendir cualquier otro culto.

Sin embargo, hay una línea inquietante muy delgada por la simiente que porta Casa sobre la Roca como organización político-religiosa, o religiosa parapolítica. Es decir, hablamos de un movimiento cívico religioso ultraconservador de derecha radical, cuyos nexos e intereses pueden tener consecuencias graves en el manejo de la política interior del país en los momentos de por sí graves que vivimos. La preocupación también alcanza a sectores de la jerarquía católica, que a veces no alcanza a entender las señales del presidente Calderón, quien se dice y reafirma católico dispuesto a recibir al papa Benedicto XVI en la próxima primavera y, al mismo tiempo, estrecha aún más sus lazos políticos con la ultraderecha neopentecostal que Rodolfo Montes ha evidenciado en su libro La cruzada de Calderón. Ahí se señalan acciones claras que ponen de relieve los privilegios y arropamientos que su administración ha ofrecido generosamente al matrimonio de Alejandro y Rosi Orozco y su movimiento. La siguiente duda es si nuevamente el presidente Felipe Calderón está provocando los principios y fundamentos laicos del Estado moderno, que debe estar absolutamente ajeno a todo tipo de inclinación político religiosa. Y esta señal debe empezar por los funcionarios claves en su gobierno que deben tutelar dichos principios históricos.

A lo largo de la investigación en torno a la Casa sobre la Roca que editorial Grijalbo me encomendó para hacer la introducción del libro mencionado, encontré repetidas menciones e intercambios que pudieran indicar vínculos entre Ávila y, especialmente, Rosi Orozco. Obdulio Ávila, cercano a Calderón, califica a Rosi de su amiga y heroína en Twitter; Rosi Orozco, a su vez, lo califica de gran líder y ejemplo de los jóvenes, exaltación que recuerda los halagos del Vaticano a Marcial Maciel.

Entre otros muchos cruces, el libro de Rodolfo Montes detalla el reclamo de militantes panistas que se sentían agraviados por la dirigencia panista del DF, encabezada entonces por el actual    subsecretario de Gobernación, por las excesivas concesiones. “Que quede claro ante la opinión pública –decía en abril de este año Pacheco López, ex consejero nacional– que el tema de los panistas de Gustavo A. Madero no es la labor legislativa de Rosi Orozco, sino el trato preferencial que ha recibido ella y su agrupación. Le pedimos que explique en qué consiste el acoso”, en referencia esto último a la victimización que hizo Rosi ante las pantallas de Televisa contra el periódico Reforma.

Quien piense que la ultraderecha sigue siendo primitiva y corta de argumentos, se equivoca. Se ha deshermeneutizado. Ya no son los grupos cerrados, recalcitrantes y secretistas; ahora utilizan el discurso de la democracia moderna, usan con soltura los términos y técnicas de las grandes empresas; sin empacho parafrasean los conceptos de la sicología moderna y de la superación personal. Los nuevos grupos conservadores tampoco son monopolio de los católicos; en América Latina se han extendido con fuerza en América Central, Brasil y en Colombia, de donde se inspira Casa sobre la Roca; recomiendan a sus adherentes que se introduzcan en el servicio público, escalen puestos y cargos en gobiernos e incidan en las políticas públicas. Que se posicionen en agrupaciones de la sociedad civil, asociaciones civiles, en organismos de asistencia social, de filantropía y en los medios de comunicación.

La secularización y la globalización en términos de la cultura han tocado las puertas de los nuevos grupos conservadores. El discurso social y político se está reconstruyendo; por ello la distinción ahora es más sutil para diferenciar a las derechas. Sin embargo, la esencia se mantiene, aunque las imposturas modernizantes son nuevas, así como las apariencias para ganar espacios, legitimidad y hasta plausibilidad. La agenda moral conservadora es la nueva expresión del terreno de combate político e ideológico.

Casa sobre la Roca invita a repensar clichés que tenemos sobre los movimientos conservadores. Primero, no todos los grupos de conservadores son católicos ni todos los católicos son conservadores. Sin embargo, históricamente la referencia a este binomio en México ha sido inseparable. El matrimonio Orozco nos conduce a los laberintos evangélicos como un nuevo actor en la construcción de nuevos grupos conservadores en el país. La tentación religiosa totalizante de los nuevos grupos conservadores subsiste bajo posturas y formulaciones distintas que reafirman la necesaria incidencia en las políticas del Estado para defender la familia monogámica, heterosexual con precepto reproductivo único, por tanto están contra los matrimonios de personas del mismo sexo, contra los diferentes métodos anticonceptivos. Su noción de sexualidad es la misma del Yunque. Enfrentan con furia la despenalización del aborto y rechazan la educación sexual en las escuelas.

Esta derecha modernizada tiene intensos vínculos y enlaces internacionales de apoyo financiero e ideológico y conforman redes de complicidad. Por ello, Obdulio Ávila debe dar una explicación convincente que aclare sus ligas con dicha agrupación o desmienta los crecientes rumores que recorren y se acrecientan en los pasillos de las iglesias tanto evangélica como católica.

La Jornada, Miércoles 7 de diciembre de 2011

 

Casa sobre la Roca, la nueva derecha neopentecostal

octubre 12, 2011
Casa sobre la Roca, la nueva derecha neopentecostal
Bernardo Barranco

Las proximidades entre Calderón y los grupos neocarismáticos de Casa sobre la Roca están marcadas por la constante ambigüedad, el pragmatismo y la mutua utilización político-religiosa. Cuando Felipe Calderón fue candidato, en 2006, recibió todo el apoyo y las bendiciones de los Orozco, Rosi y Alejandro, líderes de dicha asociación político-religiosa. Así, Casa sobre la Roca se convirtió en cabeza de playa, es decir, la avanzada y puente político con el mundo evangélico. Calderón candidato se benefició del liderazgo, la capacidad de convocatoria y de las redes sociales de Casa sobre la Roca. Calderón presidente cumple con cargos, puestos, recursos y redes de influencia que los Orozco han sabido aprovechar. El libro de Rodolfo Montes La cruzada de Calderón (Random House Mondadori) muestra claramente la violación del carácter laico por parte del presidente Felipe Calderón.

Cuando la editorial me pidió hacer una introducción a la investigación periodística de Montes, me llamó poderosamente la atención la poca claridad de los actores. Para empezar Casa sobre la Roca no se reconoce como asociación religiosa (AR), sino como asociación civil (AC); hace malabares en sus propias definiciones contradictorias, expresa que hay una enseñanza no religiosa de la Biblia. Ser AC es conveniente: le permite sacudirse de prohibiciones políticas, así como prestar servicios al Estado. Aquí hay complacencia y omisión de la misma Secretaría de Gobernación, que tolera dicha ambigüedad.

Por diferentes medios, Calderón ha señalado que no se ha convertido a ninguna otra creencia y que sigue siendo católico; sin embargo, aparece en videos ante multitudes con gestos, lenguaje corporal y la utilización de conceptos propios de un predicador evangélico. Otro contrasentido es que los fundadores y líderes religiosos de Casa sobre la Roca rechazan llamarse ministros de culto cuando predican y realizan ceremonias paralitúrgicas frente a sus audiencias. También es reprochable la opacidad del gobierno panista y de la primera dama Margarita Zavala porque no quieren reconocer las raíces evangélicas del vasto programa gubernamental Nueva Vida, expresión clásica en la Biblia, cuyo autor intelectual y promotor inicial es precisamente Alejandro Orozco.

En el contexto de la guerra santa desatada por el Presidente, con cierto voluntarismo, los Orozco vendieron a los Calderón el sueño colombiano, basado en el éxito de una iglesia colombiana de ultraderecha llamada Misión Carismática Internacional. Si Colombia ha podido revertir la narcoviolencia, México también. La guerra tiene que estar acompañada por valores inspirados en la palabra de Dios. Organizaciones de la sociedad civil e iglesias deben sumarse a una gran causa con programas de valores y asistencia social y soporte moral para prevenir y atender las adicciones. Los Orozco ofrecen la vía colombiana, una especie de cruzada espiritual para atender el rostro humano de la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Más allá de las revelaciones que Rodolfo Montes detalla en su libro, la cuestión de fondo es el surgimiento de un nuevo tipo de derecha religiosa. Efectivamente, Casa sobre la Roca puede representar un nuevo modelo de movimientos ultraconservadores en México. Ante el desgaste simbólico de grupos de la derecha radical, como el Yunque o Provida, la agenda moral de muchos grupos conservadores requiere de nuevos interlocutores y canales más modernos de representación. Casa sobre la Roca es un ensayo alternativo, una suerte de tercera vía, como ha expresado Adonirán Gaxiola. El grupo neopentecostal de Casa sobre la Roca, no se reconoce católico ni evangélico, sino una agrupación de superación con inpiración en los valores bíblicos que se sustenta en los principios de la teología de la prosperidad. Pero su concepción de familia, sexualidad, aborto y otros análogos es idéntica a la de los católicos conservadores.



Las imágenes reinantes de la ultraderecha deben ser revisadas. Pensamos en actores coléricos como Sandoval o Serrano Limón; en organizaciones anticuadas, semisecretas, herméticas, con extravagantes rituales que marchan a contracorriente de las sociedades modernas. Los modelos serían el Yunque y Provida. Sin embargo, los grupos conservadores en México y en América Latina han evolucionado. Ahora utilizan el discurso de la democracia moderna, usan con soltura los términos de las grandes empresas, sin empacho parafrasean los conceptos de la sicología moderna y de la superación personal. Los nuevos grupos conservadores impulsan a sus adherentes para que se introduzcan en el servicio público, escalen puestos y cargos en gobiernos e incidan en las políticas públicas; se posicionen en agrupaciones de la sociedad civil, asociaciones civiles, en organismos de asistencia social, de filantropía y en los medios de comunicación.

Una de las paradojas más provocadoras de los nuevos grupos conservadores es que se sienten y pueden aparecer progresistas. Los grupos han venido relaborando su discurso y su actuación en torno a los derechos humanos, la defensa de la vida, la pobreza, la familia y la política. Incluye la incorporación de los debates internacionales que se esgrimen en instancias como la ONU, la Unesco y las diferentes conferencias mundiales donde se dirimen estos temas. No es casualidad que la diputada, Rosi Orozco, con su iniciativa aprobada sobre trata de personas, se sienta, y así quiere que la miren en su entorno, como una heroína patriótica haciendo una gran servicio a la nación. Es evidente el malestar entre un sector de panistas que se siente desplazado por el advenimiento de los Orozco. También entre los sectores del Yunque hay preocupación, porque puede ser desplazado, y en la Iglesia católica existe desconcierto.

Para Casa sobre la Roca, los Calderón son historia. Ahora ya han enfocado baterías, apoyos y encantos a los precandidatos. Notablemente figuran Cordero y Peña Nieto.

La Jornada, jueves 12 de octubre de 2011.

Balance de la Beatificación del Juan Pablo II

May 5, 2011

El domingo primero de mayo, la plaza de San Pedro lucía pletórica. la mancha de un millón y medio de personas se extendía hasta la Vía de la Conciliazione y las calles alternas a città del Vaticano , estaban literalmente abarrotadas. Miles de personas estando tan cerca tuvieron que ver la ceremonia de beatificación a través de las pantallas gigantes colocadas en lugares estratégicos. Era una romería multicultural en la que destacaban jóvenes de todas partes del mundo. Juan Pablo II sigue atrayendo multitudes aun después de seis años de muerto, la curia romana regresaba a las viejas fórmulas del espectáculo litúrgico y a los majestuosos eventos masivos que tanto gustaban al ahora beato Juan Pablo II. Pero después de tanto ruido mediático, tinta y diversas opiniones, ¿qué balance podemos hacer? Le propongo 4 puntos concretos:

1.- Beatificación de Estado. El Vaticano ha llevado a cabo un proceso canónico de beatificación apresurado. Como todos sabemos se saltó su propia normativa y protocolos, para elevar a los altares a un ícono católico como lo fue el papa Wojyla. Privilegió la fe y la espiritualidad del personaje sobre el carácter de jefe de estado, el hombre político, el gobernante cuyo poder ejerció  durante 27 años. Separar al hombre de fe del jefe de Estado es equivalente de separar a Karol Wojtyla del Papa Juan Pablo II. La precipitación conlleva riesgos.

2.- Nostalgia por el Glamur perdido. No solo hay una dimensión religiosa, la beatificación fue un acto político. Después de la crisis 2009-2010, provocada por los escándalos de pederastia, la curia ofreció en este evento un signo de recuperación y de reposicionamiento del terreno perdido.  No solo hay la exaltación al héroe de la fe,  también se exaltan   las fórmulas que el propio Juan Pablo II impuso; esto es, de una Iglesia que convocaba masas, que se mostraba triunfalista, una Iglesia mediática,  avasalladora, majestuosa e imperial. Probablemente Benedicto XVI, tan tímido y parco cambie de estrategia ante el éxito apoteótico del domingo primero de mayo.

3.- Papel patético de los medios electrónicos de comunicación. Junto con la boda real, los medios principalmente televisivos hicieron su agosto. A la beatificación,  las grandes cadenas y canales, presentaron coberturas directas y especiales. Desde Roma enlazaban transmisiones exaltando testimonios, hechos, anécdotas y estadísticas del personaje. Particularmente la televisión mexicana  se caracterizó por sobre adjetivar las virtudes de Juan Pablo; de manera acrítica nos vendía a un héroe y a un santo. Se aclamaban las emociones sobre la razón; el personaje opacaba su circunstancia y el análisis crítico estuvo ausente. Los conductores parecían convertirse en telepredicadores  baratos. Preocupante en verdad el rol ideologizado que trasgrede, incluso,  el carácter laico del Estado.

4.- ¿A que fue el presidente Calderón? Hasta ahora, ningún presidente mexicano ha ido a la Santa Sede para asistir a un acto o ceremonia religiosa. Que un presidente, en lo privado,  concurra a un acto litúrgico de su religión no es novedad ni debe ser censurable,  pues se debe respetar su libertad religiosa. El problema es la torpeza con que la Secretaría de Relaciones Exteriores fundamentó la visita del presidente, para “fortalecer las relaciones con el Estado Vaticano” y sobre todo salvaguardando el carácter laico del Estado. Hubo evidentemente un interés político de reacercamiento con la jerarquía católica y los intereses electorales del 2012 priman. Particularmente el presidente Calderón quiere nuevamente congratularse con la jerarquía católica que ha visto con desconfianza su acercamiento entusiasta al grupo evangélico ultraconservador Casa sobre la Roca . En los escasos cuarenta segundos que tuvo contacto con el pontífice, Calderón, de manera dramática le invita a México porque estamos sufriendo la violencia. “Santo Padre echemos una manita”, en buen castellano y así de milagrero se muestra nuestro presidente.

4.- Beatificación impugnada. Personas indignadas con el proceso de beatificación, le han entregado a José Barba, Alberto Athié y Fernando González un expediente de 212 documentos,  desde los archivos secretos del Vaticano, sobre Marcial Maciel y Los legionarios, que van desde los años cuarenta hasta el 2002. Ahí se muestra documentalmente el encubrimiento de sistémico de las estructuras hacia los pederastas y degenerados clericales. La acusación va más allá de Juan pablo II y  pone en duda el rigor con que el dicasterio de la causa de los santos condujo el proceso al negar evidencias que ahora se descubre que están en sus propios archivos.

El panteón de los beatos y santos son reminiscencias del viejo politeísmo de la antigüedad. Sus personajes son modelo de creyentes a imitar y al mismo tiempo son objetos de veneración. Ninguno ha sido un ser perfecto e inmaculado. El caso de la beatificación de Juan Pablo II, es notable el uso político que la Iglesia católica hace de su exaltación. El papa Benedicto no se atreve a buscar nuevas síntesis de relación entre la fe y la cultura contemporánea que es el verdadero nudo de la crisis católica, por ello recurre a la viejas fórmulas probadas  de burbujas mediáticas. Vira hacia atrás y recurre a la nostalgia.

Versión original,

Milenio Estado de México, jueves 5 de mayo de 2011

El Presidente en el Vaticano, ‘Los políticos amenazan el Estado laico’

May 3, 2011


Entrevista . Bernardo Barranco: sociólogo especialista en religiones. La asistencia de Felipe Calderón a la beatificación de Juan Pablo II no viola la Constitución, pero fue mal justificada por la Presidencia de la República

Karla Garduño Morán

(1 mayo 2011).- La visita de Felipe Calderón al Vaticano para asistir a la beatificación de Juan Pablo II este 1o. de mayo obedece a tres motivaciones: recomponer su deteriorada imagen a través del prestigio del fallecido Papa, congratularse con la jerarquía católica y «la espera de un milagro», considera el sociólogo Bernardo Barranco.

El especialista en religiones descarta que la visita viole los principios de laicidad establecidos en el artículo 130 de la Constitución, como argumentó el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, ya que «responde a una invitación oficial y diplomática».

Sin embargo, Barranco considera que los argumentos utilizados por la Presidencia de la República para justificar la presencia del Calderón en el Vaticano son torpes y contradictorios.

En un boletín fechado el 15 de abril, la Presidencia de la República informó de una visita oficial de Calderón a Perú el 27 y 28 de abril, pero a partir del segundo párrafo se dedicó a informar que también estará presente en el Vaticano el 1o. de mayo.

«El Jefe del Ejecutivo mexicano realizará una Visita Oficial a la Santa Sede para asistir el 1 de mayo próximo a la Ceremonia de Beatificación del Papa Juan Pablo II, a efectuarse en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Esta visita es congruente con los principios de laicidad del Estado mexicano y responde a los lazos de amistad y de cooperación existentes entre México y el Estado Vaticano», dice el boletín.

Que se hable de una visita oficial, que se da en el marco de un Estado laico, cuando en realidad se trata de un acto religioso, es el principal elemento de debate, advierte Barranco.

«Es una argumentación torpe, porque el Presidente va a un evento espiritual, a un acto litúrgico, no va a ningún acto de Estado, no va a firmar ningún convenio. Probablemente saludará al Pontífice, pero no tendrá un intercambio. Es decir, es una presencia a un acto litúrgico religioso, más que una visita.

«El Presidente, en tanto jefe de Estado, puede ir a donde quiera en términos de protocolo; el problema es que no lo ha fundamentado bien. El problema no es que no vaya, porque no rompe ninguna ley, sino que el fundamento de a qué va y por qué va, es lo que está torcido», explica.

La visita es una estrategia política ante todo, asegura Barranco, quien afirma que desde 2009 se ha vinculado a la familia presidencial con un grupo evangélico y ultraconservador llamado Casa sobre la Roca, cuyos líderes están en cargos públicos: la diputada federal Rosi Orozco -postulada por el PAN en 2009- y el director del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, Alejandro Orozco.

«De cara al 2012, el presidente Calderón quiere congraciarse y reconquistar a una jerarquía católica que está con sospecha, resentimiento o recelo por las excesivas concesiones que ha tenido el Presidente con este grupo de Casa sobre la Roca. Mi hipótesis es que es un acto político, sobre todo viendo que (Enrique) Peña Nieto trae un lobbying de más de tres años con los obispos no solamente del Estado de México -que se los llevó a pasear a Roma-, sino con los de Chihuahua, Monterrey, etcétera. Entonces, siente que del otro lado ha habido un avance muy importante y que él no puede rezagarse», argumenta.

Amenazas a la laicidad

El Estado laico está amenazado por los sectores conservadores de las distintas iglesias, pero también por los políticos, quienes hacen un uso pragmático de lo religioso.

Para ejemplificar su dicho, Barranco evoca tres casos que han sido polémicos.

El primero es la llamada «megalimosna» del gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez. El 24 de marzo del 2009, el panista anunció la donación de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires, argumentando que esta construcción atraería al turismo. Sin embargo, las críticas provocaron que el 18 de junio la Iglesia devolviera el donativo.

La visita del gobernador del Estado de México al Vaticano del 14 al 16 de diciembre del 2009 es otro ejemplo del uso de la religión para beneficio de la política. En ese viaje que costó casi 500 mil pesos al gobierno estatal, Peña Nieto anunció a Benedicto XVI su futuro enlace con la actriz Angélica Rivera.

El PRD tampoco queda ajeno a estas alianzas. La propuesta del senador Pablo Gómez -presentada el 25 de febrero del 2010- para modificar el artículo 130 Constitucional y dar a los sacerdotes el derecho de asociación política y proselitismo, obedeció a su interés por aspirar a la jefatura de gobierno del DF, asegura el especialista.

«Ante la incapacidad de tener una raíz profunda en los electores, en el pueblo o la ciudadanía, utilizan la mediación de lo religioso en términos simbólicos, y la mediación política en términos de redes sociales de los circuitos religiosos. Estamos hablando de una violación del Estado laico por parte de los propios políticos. Una de las pruebas mayores son los cambios constitucionales en los 19 estados donde se repenalizó el aborto (aprobadas en los congresos estatales donde el PRI tiene mayoría)», señala Barranco.

Según Barranco, la aprobación de las leyes antiaborto es el mejor ejemplo de la hipocresía de los partidos, pues el PRI hizo a un lado su tradición liberal para tejer una alianza con los sectores más duros de la Iglesia Católica.

«Por un lado critican, pero son capaces de vender su alma al diablo o al cielo para poder lograr sus objetivos», añade.

Conózcalo

Nombre: Bernardo Barranco.

Trayectoria: investigador y ex presidente del Centro de Estudios de las Religiones en México. Conductor del programa «Religiones del Mundo» en Radio Red AM.

Libros: Más allá del Carisma, análisis de la segunda visita del Papa a México.

La geopolítica del Vaticano en México.

El Pensamiento Político de la Acción Católica Mexicana.

Para entender la Iglesia Mexicana

Fuente: Enfoque (Reforma) 1 de mayo de 2011