JUAN PABLO II EN CUBA : PRIMER BALANCE DE UNA VISITA INEVITABLE (1998)
Por Bernardo Barranco V.
Artículo elaborado en enero de 1998
INTRODUCCIÓN
La mañana del 21 de enero era luminosa, los habitantes de La Habana se sentían expectantes. Conforme , el esperado día llegaba, la tensión cedía. el Papa pisaría suelo cubano e iniciaría una visita muy especial a la isla. El reloj se detuvo a las 15 :59 horas cuando se vio a lo lejos el perfil del avión de Alitalia disponerse a aterrizar. Los corazones de decenas de dirigentes del partido comunista cubano latieron fuerte, éstos se encontraban en el aeropuerto, iban a dar la bienvenida al pontífice que había puesto como condición que no se censurara ningún pronunciamiento ; recordemos que la preparación de la gira papal estuvo salpicada de incidentes y desencuentros. Desde el primer momento, miles de cubanos desde sus televisores, observaron atentamente cómo el jefe de la Iglesia católica, descendía lenta y trabajosamente la escalinata metálica del avión. Cientos de católicos cubanos, desde la mañana, habían desfilado en comparsas con aires carnavalescos, anunciando la visita del Papa. Los trabajadores y empleados habían recibido facilidades del gobierno para que se sumaran al recibimiento, conformando las vallas humanas por la ruta trazada para el paso del papamóvil. Durante cinco días, Cuba fue visitada no solo por el obispo de Roma sino por más de tres mil periodistas que ubicaron a Cuba en el centro de la noticia. Todo ese cúmulo de imágenes y mensajes, hoy es historia ; finalmente ¿cuál es el resultado de la visita, qué significación real ha tenido ?, ¿Cuba será distinta después de esta gira ?, ¿Porqué los medios le dieron a este acontecimiento una de las coberturas más espectaculares que se recuerden ?.
La visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, realizada del 21 al 25 de enero, no puede considerarse como punto de partida. Tampoco como una concesión de Castro ; ha sido fruto de un proceso de cambio profundo y lento ; difícil de digerir por los observadores externos deseosos de signos espectaculares. La sociedad cubana ha soportado 8 años de severas crisis y agónicas privaciones, de manera subterránea ha venido preparando las condiciones de cambio. La crisis económica ha provocado no solo restricciones en el nivel de la vida cotidiana sino significativas modificaciones, y hasta deformaciones, en la estructura social. No pensemos que la visita provocará los cambios ni transiciones porque éstos ya se están dando de manera silenciosa y dramática. Quizá catalice procesos, es posible que la visita refuerce la posición de la Iglesia local y también, estimule la acción de sectores opositores pero aun es muy temprano para arriesgar conclusiones. Mínimo tendremos que esperar 6 meses para apuntar tendencias y realizar un verdadero balance de un posible impacto no solo de una visita sino de un proceso social. Por lo pronto nos contentaremos en externar primeras aproximaciones de un acontecimiento sin duda importante en este fin de siglo.
Fidel Castro y Juan Pablo II duelo de carismas
EL PAPA Y FIDEL, DOS PODERES QUE SE FASCIAN EL UNO AL OTRO.
Con el rostro golpeado por los años, con un andar lento pero con espíritu firme, con una salud mermada pero con las convicciones intactas, el papa Juan Pablo II definitivamente no ha perdido su carisma. Es más, su notoria ancianidad le otorga una personalidad de autoridad patriarcal. El Pontífice llegó a La Habana en medio de muchas expectativas, tensiones y pronósticos. Pálidamente se recuerda otra visita que realizara Mijail Gorvachov a Cuba en plena pereistroika en 1991, en esta estaban en juego que el fin de los apoyos económicos y logísticos a la revolución. El viaje del Papa, además de los entramados internacionales, los intereses de los cubanos en el exilio y la inflexible política exterior norteamericana, se suman las tensiones en el terreno propiamente religioso y particularmente el papel de la Iglesia católica. Los medios de comunicación presentes durante la visita con más de 3 mil periodistas acreditados, además de los técnicos y observadores, parecían olfatear fatídicos desenlaces espectaculares entre dos grandes figuras de este fin de siglo, como son Karol Wojtyla y Fidel Castro, tan diametralmente opuestos como gemelamente paralelos. En realidad, es el choque simbólico de dos grandes carismas : el del revolucionario, aventurero y gobernante como el del católico, intransigente y triunfador. Ambos tienen como telón de fondo una isla, un sistema que se aferra contra viento y marea por un socialismo que la modernidad globalizadora considera caduco, vencido y reminicencia de una apuesta que la humanidad ha probado y rechazado.
Panorámica de la Plaza de la Revolución donde el Papa Wojtyla pidió a Cuba que se abriera para que el mundo se abra a Cuba
EL PAPA ANTICOMUNISTA
De todos son conocidas las afirmaciones de distinguidos dirigentes de países de la antigua Europa del Este, quienes coinciden en afirmar que el Papa Juan Pablo II fue un detonante de la caída de un sistema que se pretendió alternativo al liberalismo. Karol Wojtyla, el eslavo que vino del frío, combatiente de un socialismo polaco, cuyo enfrentamiento le llevó a fomentar el factor religioso como frente opositor estructurado en la jerarquía católica y como movimiento social. Esta Iglesia fue minando lenta e inexorablemente un sistema autoritario, es decir, al Papa le antecede una sombra eficaz de marcado anticomunismo, recordemos al potente Wojtyla desafiando con mensajes duros y directos las estructuras socialistas en Polonia en 1984 ó a este mismo Papa enfrentándose en Nicaragua a las masas Sandinistas que lo interpelaban ; sin embargo, este Papa antagonista del socialismo, ya no es el mismo físicamente, es otro y si sus primeros años como Pontífice se caracterizaron por recentrar a la iglesia a una ortodoxia doctrinal, en los últimos años, en cambio el énfasis descansa en la defensa de la familia, en la preservación y promoción de valores cristianos y la conducta moral en la esfera pública. Es decir, el Papa en esta última fase de su pontificado, matiza sus cuestionamientos a la ideología socialista y a la del capitalismo ateo por la conducta cotidiana del ciudadano occidental que tiende a confundirse, a ahogarse en la secularización ; la iglesia aquí, es salvadora de occidente, tal como lo delineó este mismo Papa en su encíclica social, Centesimus Annus de mayo de 1991. Es más, me atrevería a afirmar que la principal preocupación del Papa ya no es el socialismo al que considera técnicamente muerto, sino el capitalismo consumista, hedónico e hiperindividualista ; a esta cara de la modernidad representada por las grandes potencias posindustrialistas.
LOS INTERESES DEL VATICANO EN CUBA
Pareciera que el fuselaje de la Revolución cubana esta severamente deteriorado. La fisuras tenderán a acrecentarse, en o interno la figura de Raúl Castro el hermano sucesor no goza de sustento amplio. El aislamiento, la confrontación con Estados Unidos, el agotamiento del turismo en el futuro y la pobre capacidad exportadora de la isla hacen que todo tipo de alianza, aun con la Iglesia católica, sea bienvenida. Por tal motivo, no debe extrañarse que en la visita, el Papa extienda una oferta a la Cuba de Castro, ésta es combatir la Ley Helms- Burton y sacar a la isla de su aislamiento. Por lo tanto, la visita nunca tuvo como fin precipitar, ni propiciar el derrumbe social del régimen de manera abrupta a través de una actitud antagónica, por el contrario, marcando diferencias ontológicas de interpretación de la historia y culturales, el Papa ofrece una hipótesis de transición a un sistema desgastado, aislado y ahogado por una crisis económica casi agónica. La visita del Papa replantea las relaciones entre la iglesia y el estado en Cuba aceptada por Castro y que, sin duda, forma parte de un proceso social de cambios graduales, aceptados y tolerados por la estrategia gubernamental.
Sostenemos que la visita, más que una concesión, es el inevitable reconocimiento de cambios que se están gestando desde el corazón de la sociedad. Los estrategas del Vaticano son claros : el objetivo es robustecer la iglesia local, el canalizar el avivamiento de los sentimientos religiosos de una sociedad que no cree ni en el capitalismo pero que en los hechos, tampoco en el desgastado socialismo cubano. Esta “primavera religiosa” es la oportunidad histórica de la iglesia institucional cubana para enraizarse en la población cubana, oportunidad que en otros momentos de la historia ha desperdiciado por aliarse a posturas no cubanistas. Se deja atrás la represión, la censura, los enfrentamientos crudos del gobierno y la iglesia del silencio. Con sutileza, el Papa cobija en su visita legitimándola en temas candentes como el aborto, demandando recuperar su presencia en la educación y en las formaciones de élites, exigiendo mayores espacios en los medios, solicitando mejorar las condiciones logísticas y materiales para los sacerdotes y religiosos nacionales y extranjeros dentro y fuera de Cuba. Por lo tanto, la política del Vaticano en esta visita, ha sido coherente con lo que los estudiosos definen “la eclesiósfera”, es decir, la combinación del prestigio del Pontificado y el carisma del Papa con la capacidad de influencia internacional para robustecer el aparato eclesiástico en el plano local. Con los fines de, a) asegurar que la institución puede seguir desarrollando con eficacia su misión evangelizadora y para potencializar el código ético cristiano ; b) robustecer las condiciones materiales, económicas, jurídicas y políticas de las iglesias locales frente a los Estados para que su misión se facilite ; c) el desarrollo de políticas de mediano y largo plazo es decir, la visión del Vaticano cara a sus iglesias locales no es de corto, sino de largo plazo, no es coyuntural sino su visión es estratégica. Por lo anterior, la iglesia no está pensando en Fidel Castro, sino está pensando en la iglesia y en Cuba en el siglo XXI.
PANORAMA RELIGIOSO DE CUBA
Cualquier observador externo podrá constatar que en Cuba, la práctica religiosa es diferente a otros países. Las formas religiosas en la isla, no son sistemáticas ni disciplinarias, tampoco son observados los preceptos y normas establecidos por los principales credos. En suma, independientemente de las restricciones, en materia de cultos, impuestas por la Revolución, Cuba es poco religiosa. Las prácticas religiosas, más bien expresan, un conjunto heterogéneo matizado de formas y prácticas religiosas que se diferencian entre sí por sus representaciones, símbolos, organización y por el origen diverso del fundamento divino.
Antonio Barrios en su crónica de La Habana a mediados del siglo XIX, planteó lo siguiente : “El país es muy poco religioso….., es curioso que la mayoría de las familias solo oyen misa el día 1º de enero y entienden que ésta sirve para todo el año” . A pesar de que Cuba comparte una historia común con América Latina, la conquista y la colonización, es importante destacar notables diferencias : mientras en la mayor parte del continente y en especial donde se asientan fuertes civilizaciones prehispánicas, la dimensión religiosa adquiere mayor arraigo y se sincretiza con un catolicismo barroco y produce nuevas identidades, en cambio, en la zona de las Antillas como en algunas regiones del cono sur, hay un rápido exterminio del indio, sea por imposición o por nuevas enfermedades, perdiéndose no solamente religiosidades tradicionales, sino identidades culturales.
En Cuba durante varios siglos, se importaron esclavos africanos con diversas manifestaciones religiosas, provenientes principalmente del actual Congo y Nigeria. Lo hispano y lo africano por tanto, constituyen dos ramales culturales que conforman la nacionalidad cubana como en otras islas caribeñas. El factor religioso africano fue modificándose por las condiciones impuestas por el predominio católico, más potente desde las esferas político y económica. Sin embargo, a pesar del predominio en el ámbito de la cultura popular se expanden las creencias africanas ; el desarraigo por el sometimiento, la correlación étnica subordinada, genera sincretismos muy a pesar del combate español ; esto no limitó para que sus expresiones, mitos y objetos de culto se fueran desenvolviendo. Frente al rigor de la esclavitud, la preservación y la subsistencia, van a dar mucha importancia a la fertilidad.
Otro factor importante para comprender el mapa religioso heterogéneo, es la presencia norteamericana a mediados del siglo XIX en la medida que amplió su comercio, sus inversiones y emigraciones entre Cuba y Estados Unidos y, desde luego, la intervención militar y el cese de la colonia española, desató el arribo de iglesias protestantes, históricas, de sectas y de grupos espiritistas. Por lo tanto, para entender las diferentes formas de religiosidad cubana, debemos partir del hecho de que el catolicismo es la cultura religiosa históricamente predominante, pero no hegemónico en el plano cultural y en la práctica cotidiana de sus habitantes.
La membresía regular católica se vino reduciendo de manera notable hasta los años ochenta. Actualmente, de los cerca de 12 millones de habitantes, 5 se han bautizado más como acto social que religioso y sólo 1.5 millones podrían considerarse como practicantes ; se calcula que sólo el 15% de la población es creyente con un nivel sistematizado de conocimiento religioso, sea católico, afrocubano o protestante ; un 15% se declaran abiertamente ateos, marxistas y científicos, quedando un 30% que fluctúa en sentimientos religiosos, en creencias asistemáticas, rituales y espontáneas.
Según analistas científicos, en los últimos 10 años los sentimientos religiosos se ha avivado, dando la siguiente explicación : En momentos de crisis económica y de agudización de las contradicciones, se han producido reactivamientos religiosos como los ocurridos durante las guerras independentistas, la represión de dictadura y el llamado periodo especial posterior al derrumbe del campo socialista”.
El Papa Juan Pablo II, a su arribo al aeropuerto internacional José Martí, en La Habana, Cuba, en enero de 1998.
CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA CATÓLICA EN CUBA.
La iglesia católica nunca ha tenido una apuesta social triunfante ni histórica, por el contrario, ha estado marcada por su carácter extranjero, incluso actualmente, la mayor parte del clero es español, canadiense, colombiano y mexicano. La iglesia se opuso al proceso de independencia de España ; la iglesia católica se enfrentó a los fallidos procesos republicanos de la isla en el siglo XIX ; la iglesia, también, se opuso a la revolución cubana de 1959 y terminó siendo reprimida con un éxodo masivo del clero hacia Estados Unidos y Europa en los años sesenta. La iglesia católica cuenta con más de 600 templos en el país y los más concurridos son aquellos dedicados a santos milagrosos, principalmente el de San Lázaro, Santa Bárbara, La Merced y las Vírgenes de Regla y La Caridad.
El catolicismo, fue en Cuba la religión de las élites españolas. El mismo Fidel tuvo una formación jesuítica y participó en movimientos como la juventud estudiantil cristiana (JEC); muy pronto el nuevo gobierno revolucionario se distanció de la Iglesia, desde 1962 acusó a los católicos de ser instrumento contrarevolucionario; la desconfianza se generaliza, las expulsiones de curas y confiscaciones no se hacen esperar. En 1960 había cerca de 1000 sacerdotes y más de 2000 religiosas en la actualidad apenas son 240 sacerdotes y 400 religiosas. Entre fines de los sesenta y setenta los católicos cubanos asumen tres posturas; los nostálgicos del pasado asociativo vivido en los años 50; en segundo lugar, los entusiastas colaboracionistas inspirados en la Teología de Liberación que pretendieron conciliar la acción religiosa a la revolución, en realidad fue una minoría que se desgastó por no encontrar eco ni en el propio gobierno ni en la jerarquía católica cuya sumisión a Roma le era su condición de existencia. Finalmente, la tercera, la tendencia predominante, fue la llamada iglesia hacia dentro, refugiada en la liturgia, la acción discreta y de modesto perfil en suma en la llamada “iglesia del silencio”.
Hay que reconocer que Fidel Castro no ha sido claro en torno de la cuestión religiosa, en el plano interno ha condicionado y limitado estructuralmente su desarrollo ; es más ha favorecido abiertamente el desarrollo de la santería. Mientras que en el exterior ha manifestado sus simpatías hacia las diversas formas de la Teología de la Liberación. En los años 70, llamó a los cristianos revolucionarios para establecer una “alianza estratégica”; se encontró en Chile en 1971 con los militantes del movimiento “cristianos por el socialismo” y en 1978 sostuvo un diálogo semejante con pastores protestantes.
La iglesia católica cubana ha gano presencia, basándose en acciones asistenciales y humanitarias. La crisis y la escasez han colocado a la Iglesia, que su vez ha recibido millones de dólares y apoyo en especie del exterior, en una situación de privilegio. A través de las parroquias canaliza medicinas, ropa, comida, útiles escolares y materiales para la vivienda. Como señalábamos, el incremento de la feligresía es un hecho sin precedentes
En materia de libertad religiosa, desde la colonia la iglesia católica gozó de privilegios , como en la mayor parte de Latinoamérica; en el periodo de la República , bajo la influencia del liberalismo, se amplía la libertad religiosa, se separa la Iglesia del Estado. La Constitución socialista, amplia la tolerancia a las expresiones religiosas de origen africano y mantiene una actitud laica. En la practica, de todos es conocido, el régimen cubano es represivo y discriminatorio frente a los católicos. Pero los cambios se inician, en 1991, en el IV Congreso del Partido Comunista cuando se aprueba en sus estatutos que un creyente puede ingresar al partido independientemente de su credo religioso. Se pone fin, aunque sea en el papel, al monopolio militante de los ateos, materialistas y científicos marxistas. En este congreso, se recomiendan cambios en la constitución en materia religiosa. Efectivamente, en 1992, se reforman los artículos 8, 42 y 55 en el que se establece que el estado debe respetar, tolerar y garantizar la creencia, o no creencia religiosa así como a sus Iglesias.
Juan Pablo II en la Universidad de La Habana
RECEPCIÓN DIVERSA DEL PUEBLO CUBANO
Existen divergencias en torno a la asistencia de los cubanos a las misas, independientemente del número, la presencia del pueblo rebasó las expectativas de los más optimistas organizadores católicos. Por ello uno de los aspectos más importantes de la visita es la respuesta a la convocatoria del Pontífice que se dio en forma masiva y que en determinados momentos de las homilías y mensajes, las muchedumbres congregadas participaron, enfatizando palabras, conceptos y críticas con estallidos y aplausos con porras y cantos. En la medida que la visita avanzó, la gente se fue entregando más y sin duda el momento culminante fue la misas del 25 de enero en la plaza de Revolución conde podía verse las emblemáticas figuras gigantescas del Che Guevara y la de José Martí enmarcando a la del Sagrado Corazón. Sin embargo, hay que reconocer que un altísimo porcentaje de los asistentes jamás había asistido a un acto religioso católico. Por ello, en algunos momentos se confundían los límites entre un acto litúrgico y un mitin político.
Los mensajes del Papa sobre la familia, la juventud, la salud, la cultura no fueron novedosos. Reiteran el pensamiento y profusa obra escrita del pontífice en los 20 años al frente de la Iglesia católica por lo tanto la visita no debe leerse por los mensajes del Papa sino también por la recepción de los diferentes sectores cubanos.
JUAN PABLO II TERMINÓ DOMINANDO LA ESCENA CUBANA
El Papa fue de menos a más en la visita, incluso, físicamente se le veía más débil en el inicio de su visita, en cambio al final se podría afirmar que terminó recuperando su plena forma en la Plaza de la Revolución. Ahí bromeo, improviso, se dio el lujo de hablar en latín que no podía traducir al español y terminaba finalmente, chacoteando con la “latinidad” de América latina y de los cubanos. Los mensajes sobre familia en Santa Clara y en su salutación al gobierno de Fidel Castro, el Papa se notaba cauto, sus críticas eran sutiles con una actitud y tonalidad respetuosa hacia las autoridades todo lo contrario en los tonos y matices usados en los mensajes de Santiago y el del La Habana. Si bien hubo proclamas fuertes sobre el aborto y sobre la condición de las familias cubanas, fue claramente explícita y reiterada su condena al embargo estadounidense. Esta fue la principal oferta Vaticana, de apoyar a Cuba para que el mundo se abra a su aislamiento.
Creemos que el parteaguas de toda la estancia fue la Misa con los jóvenes en Camagüey el viernes 23 de enero, en la que el Pontífice pulsó la entrega de los jóvenes y, en general del pueblo cubano. Ahí utilizó sus dotes populistas, su manejo del escenario, su exaltación ante las masas ; ahí en Camagüey el Papa vuelve a ser Juan Pablo II. En la Misa de Santiago el sábado 24, se rompen varias reglas, entre ellas, que el mensaje de bienvenida del Arzobispo primado Monseñor Pedro Meurice Estíu, anfitrión, haya aportado la nota más fuerte y provocadora que la del propio pontífice. Con inusitada audacia, el Arzobispo denunció las condiciones del pueblo cubano bajo un estado de paternalismo socialista al que acusó de “falso mesianismo”. Cuestionó a los cubanos por confundir la patria con el partido, la cultura con la ideología, el proceso histórico revolucionario del 59 con la nación. Lo más seguro es que los estrategas del Vaticano hayan decidido dar una o dos vueltas más a la tuerca discursiva que deja de ser pastoral y teológica, para convertirse en un discurso de abierta oposición a los sustentos teóricos y a los fundamentos históricos en que se basa la revolución cubana. Así lo reconoció el propio Fidel Castro en su mensaje de despedida.
NO HUBO CHOQUE DE TRENES
A pesar de las expectativas, conjeturas y pronósticos, el “Mach” Woytila – Castro éste no se dió. Incluso, ambos personajes expresaron con fuerza sus planteamientos y demarcaron sus diferencias, pero no hubo debate y la tónica fue de respeto. Fidel Castro desde un inicio, dibuja una presencia discreta y la deja los reflectores al obispo de Roma , se muestra respetuoso, atento y hasta cariñoso con la figura del Papa. La pulcritud marca la actitud de Fidel, hecho que sorprende a los propios cubanos dada la proclividad del líder al protagonismo. Si bien no hubo una confrontación de carismas, el Papa polaco terminó arrollando y dominando la escena para convertirse en el dueño, tanto de los medios como de los exaltados corazones cubanos.
ROBUSTECIMIENTO A LA IGLESIA CATÓLICA EN UNA CUBA MÁS LOLA QUE NUNCA.
A pesar de las expectativas, conjeturas y pronósticos, el “Mach” Wojyila – Castro éste no se dio. Incluso, ambos personajes expresaron con fuerza sus planteamientos y demarcaron sus diferencias, pero no hubo debate y la tónica fue de respeto. Fidel Castro desde un inicio, dibuja una presencia discreta y deja todos los reflectores al obispo de Roma , se muestra respetuoso, atento y hasta cariñoso con la figura del Papa. La pulcritud marca la actitud de Fidel, hecho que sorprende a los propios cubanos dada la proclividad del líder al protagonismo. Si bien no hubo una confrontación de carismas, el Papa polaco terminó arrollando y dominando la escena para convertirse en el dueño, tanto de los medios como de los exaltados corazones cubanos.
Ante el reavivamiento de los sentimientos y prácticas religiosos, los objetivos de la visita del Papa eran claros : primero, fortalecer el radio de acción de la iglesia católica cubana tanto a nivel del Estado, como de la propia cultura cubana y segundo, legitimar aquellos temas de franco antagonismo como : el aborto, la planificación familiar, la moral sexual, para que los Obispos locales tengan el espacio y convertir necesarios de intervención.
Al final, el Papa, tanto en el mensaje de la Plaza de la Revolución como a los Obispos, receta su fórmula polaca : Una iglesia fuerte, autónoma, capaz de contener, cobijar y dinamizar una oposición que enarbole principios cristianos de libertad, de democracia y de moral pública. El Papa fue muy enfático ante los Obispos al diseñarle tareas y agenda de trabajo como son : a) fortalecer la familia y combatir el aborto ; b) impulsar vocaciones ; c) ganar presencia en medios ; d) desarrollo de una pastoral de laicos ; e) impulso de una cultura nacionalista.
A unos días de concluida su gira, el propio Papa expresó que esperaba que el efecto de su visita fuera similar al que tuvo en Polonia. Sin embargo, la iglesia cubana no es la iglesia polaca, cuya experiencia religiosa y social se distingue por no tener un fuerte arraigo nacionalista ni en a conformación de la identidad popular que abarque a todas las capas sociales, tampoco la Iglesia cubana tiene una base o movimiento social extendido ni cuenta, finalmente, con fuertes figuras. El cardenal Jaime Ortega es un tanto aburguesado y acomodado a la situación actual, mientras el arzobispo de Santiago es un poco más osado.
El Vaticano pretende, a partir de su discurso sobre los valores cristianos y la defensa de los derechos humanos, asegurar el creciente posicionamiento que la iglesia católica local ha ganado en los últimos 10 años. Esta posición, rindió frutos sorprendentes en el este europeo, cuando el papa Wojtyla decidió transformar la ostpolitik del cardenal Casaroli por una política más agresiva en torno a los derechos humanos que incluyen la libertad de conciencia y la libertad de creencias. ¿Si Gorvachov promociona la Pizza Hut porqué no Karol Wojtyla el ron Havanna Club ?. Sin duda un signo muy positivo, posterior a la visita, es la excarcelación de más de 200 presos políticos por parte de Castro y el intenso loby vaticano, tanto entre los cubanos en el exilio como con la Casa Blanca y la Comunidad Europea. Pero solo es el principio, aun falta mucho recorrido. La apuesta de fondo, queda dibujada así : la iglesia cubana, con el apoyo del Vaticano, aspira a convertirse en una instancia mediadora de transición pacífica hacia una apertura gradual y regulada ; la Iglesia ofrece convertirse en un agente mediador de reconciliación nacional. Robustecer sus lazos con el régimen cubano, utilizar su influencia internacional particularmente con los cubanos en Miami y su presencia social local, tibia a nivel popular pero sin duda organizada a nivel de todo el territorio, son sus mejores argumentos. Veremos.