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Expertos prevén continuidad en la presidencia de la CEM

abril 21, 2016

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Expertos prevén continuidad en la presidencia de la CEM

El Universal, 4 de marzo de 2016

ASTRID RIVERA

Especialistas en temas religiosos coincidieron que durante la 101 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que inicia hoy, el tema fundamental será el análisis del mensaje del Papa a los obispos durante su visita a México.

En entrevista con EL UNIVERSAL consideraron que probablemente habrá continuidad con la presidencia de la CEM, a cargo del cardenal Francisco Robles Ortega, aunque no así en la secretaria general, ocupada por Eugenio Lira Rugarcía.

Para Jorge Traslosheros, integrante del Instinto de Investigaciones Históricas de la UNAM,  el discurso de Jorge Bergoglio a los obispos de México «movió muy fuerte» las corrientes renovadoras existentes en el interior del episcopado, el cual reforzó el cambio que se gesta en la Iglesia católica desde hace varios años.

«El viaje del Papa si causa impactos muy profundos dentro de la Iglesia, no es tanto lo que dijo el Papa y que eso venga a renovar la Iglesia, lo que vino a hacer este Papa es reforzar la renovación que se realiza la Iglesia».

Consideró que es muy probable que el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, sea reelegido como presidente de la CEM, debido a que comúnmente este cargo suele ser ocupado de manera consecutiva durante los dos periodos que está permitido, aunque estimó que Eugenio Lira Rugarcía no repetirá en el cargo de secretario general de la CEM.

«Yo creo que queda la presidencia y cambia la secretaria. Creo que el cardenal Robles va a ser reelegido. Creo que una renovación en la secretaría sería buena, no porque Lira no haga bien su trabajo, sino por el enorme desgaste que implicó el viaje del Papa. Sería un mensaje muy poderosos de continuidad y de refresco en los mismos cuadros de la Conferencia del Episcopado», añadió Traslosheros.

Para Bernardo Barranco, sociólogo experto en religiones, los cambios en la CEM son secundarios: «Generalmente cada tres años hay cambios en el Consejo Episcopal, el presidente repite, en este caso el cardenal Robles tiene todas las posibilidades, lo que no es tan probable es el secretario Lira Rugarcía, que ha sido blanco de severos cuestionamientos».

Diferencias agrietan a la Iglesia; jerarcas niegan pugna interna

abril 21, 2016

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Expertos ven en discursos del Papa un diagnóstico sobre el clero por las sucesiones en el Episcopado Excélsior 28/03/2016 06:53   Iván E. Saldaña.

El fuego amigo comienza a impactar en el clero mexicano. Para Bernardo Barranco y Roberto Blancarte, expertos en temas religiosos, existe una división en la jerarquía católica del país expresada en desacuerdos, jaloneos y pugnas.

Mientras ambos investigadores señalan que el principal distanciamiento está entre la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Arquidiócesis Primada de México, el obispo Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM, y el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, reconocen desacuerdos, pero no una división interna.

El 13 de febrero, el papa Francisco dijo ante los obispos mexicanos: “Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, díganselas, pero como hombres (…) pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.

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Roberto Blancarte, explica tensiones entre Suárez Inda y Norberto Rivera

Barranco y Blancarte consideran que se trató de un mensaje “claro, directo” y un “diagnóstico” del Papa sobre la jerarquía de la Iglesia mexicana, con miras a las elecciones de abril en la CEM y a la sucesión en la Arquidiócesis Primada.

El 21 de febrero, en el editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis acusó errores de logística en la visita papal por el “protagonismo” de sus organizadores. El 6 de marzo, en otro editorial, cuestionó que  “las palabras improvisadas del Santo Padre quizá responderían a un mal consejo de alguien cercano a él”.

Si bien Lira Rugarcía rechazó que haya una pugna interna, sí reconoció diferencias. Sobre los reclamos de Desde la Fe, dijo que el editorialista “ni si quiera es un obispo”.  Suárez Inda pidió al editorialista “tener el valor de dar la cara”.

Sin embargo, al cuestionarlo sobre algún distanciamiento con la Arquidiócesis Primada de México, Suárez Inda respondió: “No lo acepto. El cardenal (Norberto) Rivera y yo somos amigos de toda la vida”.

 

Fuego amigo divide a curia

Hechos recientes —como el regaño del Papa— y los que están por suceder —como las elecciones en el Episcopado y la sucesión en el Arzobispado de México—  evidencian desacuerdos, jaloneos y pugnas de poder entre la jerarquía católica mexicana. Especialistas consultados por Excélsior ven divisiones internas y fuego amigo entre obispos.

Los distanciamientos son principalmente entre la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y la Arquidiócesis Primada de México; los obispos niegan que suceda, aunque reconocen que “puede haber diferencias”.

—Tras el discurso del Papa se habla de una división interna en el Episcopado. ¿Ésta existe?

—No, más bien, como todo grupo humano, hay diferentes puntos de vista en tanto a las acciones que hay que seguir, pero es normal, por eso el consejo del Papa de mantener siempre la unidad y el diálogo para obrar esa unidad, siempre como hombres de fe; es lo que el Papa señaló —contestó el obispo Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM.

En el encuentro del papa Francisco con los obispos en la Catedral Metropolitana, el pasado 13 de febrero, Jorge Mario Bergoglio se salió por un momento del discurso escrito  y les dijo: “Si tienen que pelearse, peléense; si tienen que decirse cosas, díganselas, pero como hombres, en la cara; y como hombres de Dios, después van a rezar juntos, a discernir juntos, y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón, pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal”.

Los expertos opinan que en las seis cuartillas del texto, el más largo de la docena que pronunció en México, el Pontífice “fue claro y directo”. Les dijo: “No pierdan el tiempo en habladurías e intrigas, sean personas de mirada limpia, no pacten por debajo de la Iglesia y no pongan su confianza en los carros y caballos de los faraones actuales, pues la Iglesia no necesita príncipes sino pastores”.

No le hacen caso

Para Bernardo Barranco, especialista en temas religiosos, el planteamiento del Papa es fruto de un diagnóstico que tiene de la jerarquía de la Iglesia mexicana, es decir, “no habló al tanteo, no habló para sondear, sino cada una de las palabras, expresiones, recomendaciones están perfectamente calibradas y dirigidas a los obispos mexicanos”.

Son varios los signos que muestran pugnas en la jerarquía de la Iglesia; uno fue visible en la molestia de la Arquidiócesis Primada, a cargo del cardenal Norberto Rivera, después de la visita pastoral, que terminó el 17 de febrero, “lo que refiere a que no están haciendo caso al Papa.

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Bernardo Barranco: Francisco tiene un diagnóstico muy claro del episcopado mexicano

“Yo lo que percibo en este reclamo es, precisamente, que no han atendido las orientaciones del Papa. Siguen con las inercias, siguen en estas luchas de poder sordo; creo que el Papa pone en evidencia la enorme fractura que existe entre la CEM y la Arquidiócesis de México, y que se pone en evidencia en la organización, en el desarrollo y la misma visita del Papa”, opinó Barranco.

El 21 de febrero, mediante el editorial publicado en el semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis acusó errores de logística en la preparación de la visita papal por el “protagonismo” de sus organizadores, indirectamente refiriéndose a quien llevó la batuta, el obispo Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM.

“Pocas manos concentraron demasiadas funciones poniendo en riesgo la efectiva preparación y diligente cuidado que debería haber correspondido a cada una de las diócesis visitadas por el Papa”, escribió.

Apenas el 6 de marzo, en el mismo editorial, la Arquidiócesis defendió que el país tiene “un Episcopado a la altura”, al retomar el discurso papal en la Catedral. También negó que haya división interna entre obispos, pero al mismo tiempo cuestionó: “Las palabras improvisadas del Santo Padre quizá responderían a un mal consejo de alguien cercano a él, ¿quién aconsejó mal al Papa?”.

—¿Qué análisis da a las palabras del Papa en Catedral, cuando se salió del discurso escrito?

—Refería a una discusión, a un pleito entre el cardenal Norberto Rivera Carrera y el cardenal Alberto Suárez Inda. El cardenal Suárez Inda hizo algunos comentarios por lo que escribió el semanario Desde la Fe y el cardenal Rivera, en lugar de contestar directamente, disentir, le mandó gente que escribiera contra él, gente que fuera muy dura contra el cardenal Suárez Inda; conociendo el aprecio que le tiene, pues se entiende que se enojó y obviamente el destinatario de ese mensaje era el cardenal Rivera —consideró Roberto Blancarte, investigador del Colegio de México (Colmex).

El analista señaló que siempre ha habido divisiones entre los obispos, lo que hasta cierto punto es normal; pero, desde su punto de vista, buena parte del Episcopado rechaza al actual arzobispo primado.

“Eso se reflejó en que nunca lo nombraron (a Rivera Carrera) presidente del Episcopado, cosa que hubiera sido normal; en lugar de eso estuvieron otros, hoy Francisco Robles Ortega, cardenal de Guadalajara, y antes estuvo el arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes”.

Discordia por sucesión Blancarte prevé que en las próximas elecciones de la CEM, del 4 al 8 de abril, habrá una continuidad de trabajo, porque una mayoría de los jerarcas está apoyando al actual Consejo de Presidencia y Permanente.

Sin embargo, advierte que “habrán jaloneos” por la sucesión del actual arzobispo Primado de México, quien por cánones debe presentar su renuncia por sus 75 años cumplidos, fecha que llegará en junio de 2017.

Ante las opiniones divergentes que habrán de suscitarse, tocará al nuncio dirimir  estos asuntos y mandar una terna al Vaticano, “una terna de gente respetada y escuchada”.

Bernardo Barranco ve que la renuncia de Rivera Carrera, que toca al Papa decidir si acepta o no, “está despertando ambiciones en sectores del clero, pues es una presa codiciada”.

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Eugenio Lira Rugarcía: «no hay divisiones en el episcopado solo a veces diferencias»

Solo son diferencias

Para el obispo Eugenio Lira Rugarcía no hay división en la jerarquía católica, “solo, a veces, diferencias”. No está de acuerdo en que el editorial, aunque se difunde también por el Sistema de Información de la Arquidiócesis Primada de México (Siame), sea un órgano oficial de la misma.

Señala, además, que el editorialista “ni es obispo ni es de la CEM” para acusar de protagonismos y errores de la logística en la preparación de la visita papal; en noviembre pasado, el cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, calificó de “exagerado” el texto que criticó la situación de seguridad del país y las acciones del gobierno federal en turno.

“El editorial de la Arquidiócesis Primada manifestó su inconformidad en el tema de la preparación de la visita.

“Se trabajó como se acordó en la asamblea plenaria de noviembre, y ahí se acordó que se iba a crear la Coordinación General, pero que ésta hiciera cosas generales, pues cada sede tenía que preparar los eventos; para eso se pidió que hubiera participación de la provincia eclesiástica respectiva y de la comisión episcopal involucrada en los temas…  Todo esto fue acordado con el responsable de los viajes apostólicos internacionales (Alberto Gasbarri), luego del diálogo que sostuvo con el Santo Padre”.

—Entonces, ¿a qué responde la inconformidad de la Arquidiócesis?

—Habría que ubicar bien el asunto. Se  trata de un editorial de un semanario. El editorialista ni es obispo ni es el cardenal Norberto: es un editorialista que escribe y quizá con la información que él tenía fue lo que publicó, pero él no es obispo, no forma parte de la Conferencia y, bueno, a lo mejor no sabe todos estos elementos que se aprobaron y fue como se trabajó.

—En hechos pasados, en noviembre, el cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, ha contestado a estas posturas que se atribuyen a la Arquidiócesis en el semanario Desde la Fe.

—Sí, pero hay que distinguir: es un editorial de un semanario, pero no es un órgano oficial. Hay que distinguir entre un editorial y algo con la Arquidiócesis o alguien más.

—Viene la sucesión del arzobispo primado de México, ¿eso no genera alguna discordia, alguna ambición?

—No, porque recuerde que eso depende de la Santa Sede. Los nombramientos se hacen en Roma.

Acompañado por el cardenal Norberto Rivera y el nuncio Christophe Pierre en el papamóvil, Jorge Mario Bergoglio se dirigió a la Catedral el sábado 13 de febrero. Foto: Archivo.

 

Rivera es amigo de toda la vida: Suárez Inda

El pasado 13 de febrero, desde la Catedral Metropolitana, el papa Francisco advirtió al episcopado mexicano sobre “los faraones actuales”: el dinero, el poder y los “acuerdos bajo la mesa” con políticos y empresarios. Les dijo que la Iglesia no necesita príncipes, sino pastores.

El 6 de marzo, el editorial de Desde la Fe, órgano de la Arquidiócesis Primada de México, cuestionó las razones de Bergoglio para “regañar” al Episcopado, pues consideró que éste está “a la altura”. También objetó: “¿Alguien aconsejó mal al Papa?”.

El cardenal Alberto Suárez Inda desestimó esa opinión y pidió al editorialista “tener el valor de dar la cara”.

Agregó: No hay precedente de un discurso tan fuerte, claro y de seis cuartillas que dirigiera el Papa a otro episcopado, como el que dio aquí. 47 minutos estuvo hablando el Papa de pie en forma vibrante, pero al mismo tiempo amable, porque él, como buen papá, sabe corregir sin que te sientas lastimado, despreciado. El Papa nos invita a todos en general realmente a rectificar, revisar —comenzando por los obispos— nuestro estilo de vida, la forma de trabajar.

“También a los obispos nos dijo: ‘ustedes tienen una manera de cambiar su estilo de relación entre ustedes, con la gente, de atención a sus sacerdotes’. Ser obispo no es una misión nada fácil, y una prueba es que en toda América, en la historia, hay un solo obispo que ha sido canonizado, por cierto michoacano: Rafael Guízar y Valencia, de manera que no es fácil para un obispo ser santo (…) para ejercitar la misión tan amplia del Episcopado necesitamos constantemente revisar (la propia labor) con humildad, y yo creo que el Papa es muy valiente al decirnos las cosas tan claras y al mismo tiempo tan exigente”.

—La encuesta Creer en México, de Imdosoc, dice que los obispos son los peor evaluados en tolerancia, honestidad y transparencia; el Papa les recomendó mucha transparencia…

—Así es y esto lo seguirá recomendando. Imdosoc hizo una encuesta donde curiosamente preguntó ¿quién es el obispo de Michoacán? Y la gente todavía piensa que es Vasco de Quiroga, es la imagen que ha quedado en ellos, piensan que los obispos somos gente un poco extraña, poco cercana al pueblo y éstas son voces que nos hacen crear una mentalidad de autocrítica, la voz del Papa y la voz del pueblo”.

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—Cuestionando al Papa, el editorial de Desde la Fe, de la Arquidiócesis Primada, dice que hay un Episcopado a la altura.

—Es una opinión de un periódico, pero yo creo que la voz del Papa tiene autoridad moral más fuerte que un periódico de un lugar específico.

—¿Pero a quién le dirigió, ‘si tienen que pelear, peléense, si tienen que decirse, díganselas pero como hombres…’?

—A todos y cada uno. Yo tengo aquí obispos auxiliares con los que tenemos que discutir asuntos y vernos las caras y hablarnos con verdad y sinceridad; a mí me tienen que decir, usted no ha actuado conforme a la justicia en cierto caso, yo lo tengo que escuchar y aceptar, pero que me lo digan de frente, que no me lo diga una voz anónima. Dice el Papa que no hablemos a las espaldas del otro, y tengo obispos vecinos con los que tenemos que tratar asuntos importantes que se dan en Michoacán y cómo actuar ante estas situaciones. A veces los criterios son diferentes, pero tenemos que confrontarlos, hablar de frente.

—Se dice que el Papa dijo la frase por algún distanciamiento, alguna afrenta entre usted y el cardenal Norberto Rivera.

—Absolutamente no lo acepto. Con el cardenal Rivera somos amigos de toda la vida, desde jóvenes estudiantes en Roma, y mantenemos una relación no de hipocresía sino de auténtica cordialidad. Si él tiene algo que decirme, me lo puede decir y yo se lo puedo decir, siempre como amigos, hermanos, él tiene su responsabilidad propia, él es arzobispo de la Arquidiócesis Primada, él no es el jefe de los obispos de México, él tiene su jurisdicción y yo tengo la mía, parte en Michoacán, parte en Guanajuato. Y ha habido siempre la oportunidad de platicar, convivir, hacer bromas, de tener momentos de descanso juntos. De manera que le doy gracias a Dios de esta amistad con él y con tantos otros obispos.

—El Episcopado es un órgano colegiado…

—Sí, ni el nuncio es jefe de los obispos en México. Todo obispo tiene que rendir cuentas al Papa, estrictamente, pero tenemos organismos de ayuda mutua: son las provincias eclesiásticas y la Conferencia Episcopal, que es una instancia donde tratamos de elegir con mucha libertad, democráticamente, quién pueda prestar sus servicios.

—¿Aunque a veces sin acuerdos?

—Los acuerdos sabemos que tenemos que lograrlos o pretender lograrlos bajo la luz del Espíritu Santo y la fraternidad, que implica muchas veces tolerancia, reconciliación, y si alguna faltamos a la cortesía, pedir perdón.

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Suárez inda: todos somos grandes amigos

—Citando al Papa, ¿qué obispos necesitan hoy pedir perdón para mantener la unidad del cuerpo Episcopal?

—Yo creo que todos, sin excepción, necesitamos reconocer si en algún momento hemos faltado a la comunión y todos sin distinción tenemos que tener una actitud de cercanía y fraternidad. Aquí yo no hago señalamientos de personas, porque todos somos humanos, todos estamos expuestos a tener una falla o un error.

—Pero opiniones como la que se publica en el editorial del portal de la Arquidiócesis Primada, ¿no llegan a confundir de que hay divisiones?

—No le doy importancia a esas opiniones. Lo importante es lo que hay en el corazón de tu servidor y en el corazón de mi hermano.

—¿Hay división en el Episcopado?

—Yo no juzgo de divisiones porque no las veo, no veo los elementos, tenemos fraternidad, tenemos un cordial diálogo, y bueno, si algún señor que no da su nombre, que escribe el editorial Desde la Fe opina, pues yo creo que debe dar su nombre y venir a hablar con quien corresponda para corregirnos, que tenga el valor de dar la cara.

—El Papa les pidió no poner la confianza en los carros de los faraones actuales. También los obispos caen en esas tentaciones…

—Todos: cardenales, obispos, algunos Papas en la historia, somos pecadores. El Papa dice: yo soy un pecador también del cual Dios ha tenido misericordia. Él nos da ejemplo.

—Sobre la renovación del cuerpo colegial de la CEM…

—Tenemos elecciones a principios de abril y vamos a pedir la luz del Espíritu Santo para que quienes puedan servir mejor acepten los cargos que el Colegio de la Conferencia del Episcopado Mexicano les quiera encomendar.

Norberto Rivera debe renunciar

abril 3, 2016

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Norberto Rivera debe renunciar

Por Bernardo Barranco V.

El cardenal vive una soledad política y eclesiástica patente en la reciente visita de Francisco a México. Al final de su ciclo Rivera vive fuertes presiones. El discurso más crítico que Francisco pronunció durante su visita a México fue a los obispos mexicanos y tuvo a Norberto Rivera como uno de sus directos destinatarios. Todavía, de regreso a Roma, a bordo del avión Francisco fue enfático. Responde a una pregunta expresa de Javier Solórzano, quien le inquiere sobre el caso Maciel y sus víctimas; Francisco, con el rostro cansado, responde: Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito?… Bueno, lo de Maciel, volviendo a la congregación, tuvo una intervención, y hoy día el gobierno de la congregación está semintervenido. O sea, el superior general es elegido por el consejo, por el capítulo general, pero el vicario lo elige el Papa. Dos consejeros generales los elige el consejo, el capítulo general y los otros dos los elige el Papa. De tal manera que así vamos ayudando a revisar cuentas antiguas. Con ligereza y petulancia, el cardenal Norberto Rivera respondió al desafío lanzado por el propio pontífice argentino, ante la pregunta expresa de un reportero quien pidió su reacción a lo que dijo el Papa sobre los obispos encubridores; su respuesta fue: No sé lo que dijo. El reportero insistió, lo que dijo en el avión rumbo a Roma. “No sé –respondió Rivera–, yo no iba en el avión.” Y siguió de largo. La señal que está enviando el cardenal es que el mensaje aparentemente le resbala. El portal encabezó muy bien la nota: Norberto hace como que la virgen le habla.

Sanjuana Martínez ha documentado la trayectoria del cardenal Rivera en torno a los encubrimientos de pederastia. Lo tilda de símbolo de la impunidad de la pederastia clerical; ha amparado a los dos más grandes pedófilos clericales en México: Marcial Maciel y Nicolás Aguilar. Ha sido el protector impune porque nadie se ha atrevido a tocarlo, ni la Iglesia ni el poder secular. En torno a Marcial Maciel sus declaraciones en su defensa ahí están. En 1997 arremetió contra el reportero de La Jornada; revirando la responsabilidad, dijo enfurecido: las acusaciones son totalmente falsas, son inventos. Y tú nos debes platicar cuánto te pagaron. Está el dicho de Joaquín Aguilar Méndez, quien acusa a Mahony y Rivera de haber actuado en confabulación para proteger al sacerdote Nicolás Aguilar, a quien señala de responsable del abuso sexual que sufrió cuando era niño. Ahí están los testimonios de Alberto Athié, hoy heroico defensor de víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, en ese momento sacerdote al que Rivera quiso negociar una plaza episcopal para comprar su silencio y complicidad.

Francisco conoce bien a Norberto Rivera. Sus trayectorias se han cruzado varias veces desde el colegio cardenalicio. Mientras Jorge Mario Bergoglio detestaba tener que viajar a Roma, se diferenciaba de Rivera, que no salía de ahí, quien realizaba hasta dos viajes por mes a la ciudad eterna. Bergoglio aborrecía las intrigas palaciegas de la curia, en cambio a Rivera las disfrutaba. Norberto Rivera pertenece al grupo de Angelo Sodano y una generación curial en decadencia que es sacudida en la actualidad por acusaciones de abuso de autoridad, encubrimientos y corrupción financiera. Su caída se precipita con la llegada de Benedicto XVI y, según constata Marco Politi, se desata una guerra intestina en el Vaticano que fue ventilada a los medios a través de filtraciones dolosas. Norberto fue protegido por dos figuras de ese cártel religioso; me refiero a Girolamo Prigione y al mismo Marcial Maciel. Rivera, fiel soldado de los llamados lobos, encubre no sólo a Nicolás Aguilar, sino que destruye el proyecto de formación de seminaristas del sureste, identificado con la opción de los pobres que se ubicaba en Tehuacán.

Durante la visita de Francisco a México Norberto Rivera fue una sobra

Durante la visita de Francisco a México Norberto Rivera fue una sombra opaca

Digámoslo claro, el cardenal Rivera es la antítesis de las propuestas renovadoras de Francisco. Es manifiesta su lejanía teológica y pastoral. El cardenal mexicano encarna la incómoda relación del Papa con el ala más conservadora del clero local. Ambos difieren en cómo ven el mundo y qué papel le asignan a la Iglesia. El cardenal al inicio de su mandato se recargó en los legionarios; ahora, en facciones del Yunque. Francisco conoce bien a la jerarquía mexicana, no sólo por el nuncio, sino que ha mantenido una comunicación estrecha con algunos actores. En el mensaje en catedral no habló al tanteo; cada palabra suya estaba calibrada. Sabe bien de la politiquería y de los golpes internos sucios, por ello les pidió pelearse con lealtad, así como desprenderse de la actitud de príncipes. Con etiqueta clara, Francisco les pide: “Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los ‘carros y caballos’ de los faraones actuales”.

A Norberto Rivera, más que como pastor o líder espiritual, se le identifica con la clase política mexicana. Es un adicto al poder económico y político. Personaje sombrío y soberbio, que ha desencadenado en la anulación del primer matrimonio de Angélica Rivera un sacramento como problema de Estado. Su peso ha decaído notablemente. De no ser por la Guadalupana, Francisco no habría venido a México; así lo declaró. Benedicto XVI también desdeñó su paso por la ciudad por motivos de salud, ya que la ciudad de México tiene una altura de 2 mil 250 metros sobre el nivel del mar; por ello el papa Ratzinger en 2012 prefirió ir oficiar misa al cerro del Cubilete, que está a más de 2 mil 600 metros.

Por canon, en junio de 2017 Rivera deberá presentar su renuncia; seguro Francisco se la aceptará de inmediato. México continúa siendo un lugar cruel de pederastia y complicidad del aparato clerical. Convendría que los obispos se pronuncien fuerte como conferencia porque hasta ahora han callado, y que Norberto Rivera renuncie. Así o más clarito.

Norberto Rivera ha manchado la imagen de la Iglesia, debería renunciar: Barranco. Con Denise Maerker

abril 3, 2016

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Norberto Rivera ha manchado la imagen de la Iglesia, debería renunciar: Barranco. Con Denise Maerker

Atando Cabos, Radio Fórmula 22 de febrero de 2016

El experto en temas religiosos expuso que Norberto Rivera «fue uno de los destinatario del discurso durísimo que tuvo el Papa Francisco y todavía con cierto cinismo y con desparpajo evade lo que el Papa dijo en el avión a pregunta de Javier Solórzano sobre pederastia, donde el Papa señala claramente que aquellos obispos que sabiendo de curas pederastas los remueven, deben renunciar, lo que se le acusa

Norberto Rivera es la antítesis de lo que plantea el Papa Francisco con respecto a los servidores de la Iglesia Católica, indicó el experto en temas religiosos, Bernardo Barranco.

Recalcó que el cardenal se ha mimetizado con la clase política, pues las encuestas lo ubican más como un personaje. Un personaje siempre cercano a los poderosos con muy poca sesibilidad pastoral

Para el espacio de Atando Cabos, indicó que Rivera no votó por Francisco en el Cóncleve de 2013 y hora se opone a las reformas del Papa Francisco. Durante el último Sínodo sobre la Familia,  lo demostró en la firma de los 13 cardenales que se opusieron cómo el Papa lo estaba conduciendo.

«Él fue parte del destinatario del discurso durísimo que tuvo el Papa Francisco y todavía con cierto cinismo y con desparpajo evade lo que el Papa dijo en el avión a pregunta de Javier Solórzano sobre pederastia, donde el Papa señala claramente que aquellos obispos que sabiendo de curas pederastas los remueven, deben renunciar, lo que se le acusa a Norberto», expuso.

Asimismo, señaló sobre Norberto Rivera pesa su proceder ya que es protector de dos grandes pederastas, Maciel y el Padre Nicolás Aguilar.

Recalcó que este personaje ha manchado la imagen de la Iglesia católica, por lo que considera debería renunciar, según lo invita Francisco.

Dijo que se está en espera de que cumpla los 75 años, en junio de 2017, para que Norberto se según el derecho canónico se retire.Por último, consideró que el 20 por ciento de obispos en el país son de la generación de Francisco.

Para escuclar la entrevista: http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=573793&idFC=2016

 

Francisco y la laicidad del Estado en México

abril 1, 2016
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Francisco y la laicidad del Estado en México

Bernardo Barranco

La clase política mexicana en verdad es patética. Se presenta toda perfumada a Palacio Nacional, recibe serios señalamientos del Papa, el mensaje resbala de inmediato y lo único que interesa a la mayoría es aproximarse al personaje, tomarse una foto, estrecharlo y estar cerca del líder religioso. Velasco, el gobernador de Chiapas, se inclina y le besa el anillo; la acción es calificada de imprudente, sobre todo cuando preside la entidad con mayor diversidad religiosa en el país. Esta actitud ha despertado críticas y preguntas sobre la vigencia del Estado laico. Máxime cuando el presidente Enrique Peña Nieto, en su mensaje protocolario ante el Papa, reitera el carácter laico del Estado: la importancia de tener un Estado laico, como lo es el Estado mexicano, que al velar por la libertad religiosa protege la diversidad y la dignidad humana. Sin embargo, al despedirse del pontífice con su pueblo expresa: En las calles, en los estadios que visitará, se encontrará con un pueblo generoso y hospitalario; con un pueblo orgullosamente guadalupano. Pueblo es una categoría tajante que abarca a todos. ¿Dónde quedan los más de 20 millones de mexicanos que no son guadalupanos? Estamos hablando de una población que abarca varios países centroamericanos juntos, al doble de las poblaciones de Paraguay y Uruguay juntos. ¿No son pueblo por el hecho de no ser guadalupanos? Más que criticar un desliz o una debilidad conceptual, el tema ameritaría una reflexión mayor. No se trata sólo de que los políticos y funcionarios públicos asistan a misa. Incluso transgrediendo lo establecido por la ley de asociaciones religiosas y culto público. Unos días previos a la visita, el diputado Zambrano Grijalva sugirió a las autoridades de los tres niveles de gobierno tener cuidado con cruzar los límites de la buena convivencia y la preservación del Estado laico, pues en el afán de estar a tono con la visita del jerarca católico podrían infringir la ley. Felizmente con sensatez, el papa Francisco declinó comparecer ante el Poder Legislativo, petición de un nutrido grupo de diputados y senadores. Todo ha sido en vano: la fiebre religiosa de los políticos es ya una epidemia altamente contagiosa.

Si bien después de la reforma al artículo 40 constitucional nadie cuestiona la laicidad del Estado, el problema es que cada quien la entiende de modo distinto. Unos, calificados por los católicos de laicistas, sostienen que las religiones y las acciones de las iglesias deben recluirse a la esfera de lo privado. La esfera pública es un espacio vedado para las instituciones, sólo corresponde a sus feligreses en calidad de ciudadanos intervenir en política y otras esferas. Por otro lado, los católicos y no pocos evangélicos sostienen una extraña noción de laicidad propositiva, fabricada por Benedicto XVI y promovida por Nicolás Sarkozy, ex presidente de la República Francesa, en la cual el Estado se muestra neutral y equidistante de las distintas religiones, pero tanto las iglesias como su feligresía intervienen en el espacio público con absoluta naturalidad, apelando al concepto de libertad religiosa.

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Ante los señalamientos y críticas de Francisco la clase política respondió con aplausos y vivas pero no hubo recepción, el mensaje resbaló

Laicidad, laicismo y laical son conceptos cercanos que se han saturado hasta el desgaste; con el paso del tiempo, la laicidad requiere constantemente ser redefinida ante las nuevas circunstancias. Por ejemplo, en marzo de 2007 el papa Benedicto XVI advirtió que el laicismo era una amenaza a la libertad religiosa. El pontífice se ha pronunciado en diferentes ocasiones por una laicidad tolerante, opuesta al viejo laicismo liberal de tufo masónico que durante el siglo XIX y parte del XX se enfrentó radicalmente a toda forma de clericalismo. Los católicos reivindican la laicidad positiva de Ratzinger, pero son intolerantes a otras concepciones o las llaman anacrónicas y trasnochadas. Por ello es importante ser muy precisos para utilizar dicho concepto y evitar equívocos y distinguir las lecturas clericales de la laicidad como de las jacobinas. La laicidad es una dimensión propia del Estado moderno. El carácter del Estado laico como herramienta de convivencia y de paz social. El Estado que de verdad se reconoce laico no se arroga autoridad alguna sobre cuestiones religiosas, sino considera que el ámbito de su autoridad viene de su imparcialidad y respeto a todas las libertades. Por tanto, no se superpone ni a la religión ni a la moral, sino que se circunscribe a la política.

El problema de nuestra clase política es que asume dichos postulados en el discurso, pero en la práctica los traiciona. Cuando le conviene, en el espacio público se asume condescendiente y en sus mensajes privilegia a la Iglesia católica. No sólo honra sus personalidades, como el pontífice que nos visita, sino asume como propia la agenda de la jerarquía católica. Ahí están los hechos en torno a la repenalización del aborto en 18 entidades del país en 2009 o la reforma constitucional al artículo 24, por la que la Iglesia pretendía entrar a la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, en 2012, la cual se pretendía otorgar como un regalo o muestra de buena voluntad ante la visita en marzo del papa Benedicto XVI.

Durante esta visita, el Papa ha sido cuidadoso y no ha reivindicado cambios, ni ha reclamado mayor libertad religiosa; es más, no está provocando el carácter laico del Estado mexicano. Es la clase política del país.