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La reforma al 24 constitucional, una vergüenza

julio 17, 2013

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La reforma al 24 constitucional, una vergüenza
Por Bernardo Barranco V.

En forma y fondo la reforma al artículo 24 constitucional sobre libertad religiosa ha sido de bochorno. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión formuló, el pasado 19 de junio, la declaratoria de la reforma al artículo 24 constitucional, referido a libertad religiosa. Recordemos la presión que ha ejercido la jerarquía de la Iglesia católica desde que Carlos Aguiar Retes asumió la presidencia de la CEM en 2006 hasta la visita del papa Benedicto XVI, marzo de 2011, en la que el secretario de Estado Tarsicio Bertone remachó el tema en una gran cena ante la clase política de Felipe Calderón y altos prelados católicos. El Poder Legislativo ha construido una reforma cuyo proceso ha estado salpicado de suspicacias y desconfianzas. La Cámara de Diputados, con una prisa sospechosa, aprueba el 15 de diciembre de 2011 las reformas al 24. Para ello, implementó en su aprobación y modificación un procedimiento que no respetó el dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales ni en el pleno de la Cámara, violando el principio jurídico de exhaustividad y de legitimidad. La discusión de los diputados fue pobrísima entre reproches procedimentales, tomas de la tribuna y negociaciones apuradas de última hora; poco o nada se afrontaron temas sustanciales de las libertades. La jerarquía católica y la derecha no quedaron conformes con el resultado final, no tanto porque se incorporaron libertades no religiosas como las éticas y de conciencia, sino porque se frustra la intención de introducir de manera directa la educación religiosa en escuelas públicas, vía los padres de familia, como se apuntaba en el proyecto original. La reforma es unavacilada, exclamó entonces con trágico humor José Luis Soberanes. Al pasar la reforma al Senado, se opera un mercadeo pues se saca del congelador la reforma al artículo 40, sobre el carácter laico del Estado mexicano, y ambos se someten a subasta. Resultado: ambas reformas, el 40 y el 24 van de la mano. Tampoco hubo debate de fondo y los foros convocados por el Senado fueron pura simulación.

Carlos Aguiar Retes y Peña Nieto los artífices de  la reforma al artículo 24.

Carlos Aguiar Retes y Peña Nieto los artífices de la reforma al artículo 24.

La reforma considerada no prioritaria en la agenda del país se politiza. El proceso es viciado de origen y queda claro que la reforma al artículo 24 constitucional es consecuencia de un acuerdo político cupular que articula los intereses de la jerarquía con el pragmatismo de corto plazo de la clase política. Los actores de la operación son principalmente de la fracción mexiquense del PRI, por lo que la paternidad de la reforma se le atribuye a pactos del entonces precandidato Enrique Peña Nieto con el obispo presidente de la CEM, entonces Carlos Aguiar Retes, contando con el aval de Felipe Calderón y sus huestes panistas.

Si la reforma fue aprobada con apresuramiento en la Cámara de Diputados y en el Senado tuvo que pasar un año y dos meses para ser aprobada por los congresos estatales y lograr así el cincuenta por ciento más uno de las legislaturas locales, requeridos para su promulgación definitiva. El proceso fue accidentado, sufrido e inédito. Las principales reticencias para aprobarlas en las diferentes entidades emanaron del propio PRI, de sus corrientes liberales y masónicas que siguen siendo fuertes en muchas entidades del país. También se generaron potentes movilizaciones sociales, conducidas por Foro Cívico México Laico que aglutinó diversas organizaciones sociales. De manera relevante se generó la reacción en contra de numerosas iglesias evangélicas y de manera decisiva destaca la Iglesia La luz del mundo, que mostró múscu­lo y capacidad de convocatoria en gran parte de las entidades mexicanas que por momentos llegaron a inquietar a las legislaturas locales y los obispos. En diversas entidades los congresos locales tuvieron que encarar la presión y movilización social de repudio a una reforma socialmente objetada. Sin embargo, la disciplina se impuso, la manija estaba en el PRI pues cuenta con la preponderancia de la mayoría de los congresos: numerosos legisladores con amargura relatan la presión que estableció Peña Nieto a las legislaturas estatales rebeldes, argumentando el cumplimiento de los compromisos contraídos. Hubo seis estados en que la reforma fue rechazada: Morelos, Michoacán, Baja California, Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas. En los demás hubo jaloneos, presiones y hasta traiciones. Por ejemplo, en Coahuila, el Congreso da una dramática reversa frente a la presión del PRI de México, según consta en la voz de los propios diputados, aprobando la reforma que días antes había rechazado en un dictamen. Algo parecido pasó en Veracruz, estado con una fuerte presencia de masones liberales, en la que el propio gobernador tuvo que desdecirse. En esa ruta fueron Puebla y Jalisco.

Masivas protestas en todo el país por la reforma al artículo 24 constitucional

Masivas protestas en todo el país por la reforma al artículo 24 constitucional

Si bien laicidad y libertad religiosa van de la mano, muchos juristas temen que esta reforma podría minar el carácter laico del Estado en materia educativa. Ya hubo amagos en Puebla, donde legisladores panistas, invocando la libertad religiosa de los padres, querían establecer catecismo en las escuelas públicas. La iniciativa no prosperó, pero queda como inquietante precedente. Estas querellas podrían concluir en los tribunales de la Suprema Corte de Justicia con las reservas que todos tenemos. Hay que reconocer, asimismo, que la promulgación del artículo 24 se opera en una atmósfera enrarecida en términos de la política y la religión. Muchos políticos y funcionarios públicos han salido del clóset y de manera retadora han invocado signos religiosos para ejercer su mandato. El temor radica en que la Iglesia católica utilice dicho recurso para imponer su agenda. Afortunadamente, México es una sociedad más abierta y plural, todas las libertades son bienvenidas. El Estado laico, por tanto, es un instrumento de convivencia pacífica y armónica en una sociedad diversa. La laicidad garantiza la democracia de un país que debe proteger sobre todo a sus minorías y hace respetar los derechos humanos de los ciudadanos sin distingo alguno de credo ni de condición. La laicidad, más que un concepto o fotografía conceptual, es un proceso histórico y dinámico, por lo que tiene que debatirse, trabajarse y dotarse de contenidos que expresen la práctica y los anhelos de la sociedad. Por ello, la contienda por dimensionar la libertad religiosa en el contexto de un Estado laico, en México apenas empieza.

Las batallas por el artículo 24 de la Constitución

septiembre 5, 2012

Las batallas por el artículo 24 de la Constitución

Bernardo Barranco V.

En plenitud de su mandato en 1985, Girolamo Prigione, todopoderoso, declaró: las sectas son como las moscas: que hay que acabarlas a periodicazos. Con desprecio y descalificación, Prigione, delegado pontificio y posteriormente nuncio (1978-1997), se refería a las minorías religiosas. Sin duda, los tiempos han cambiado, pues un sector de dichas minorías se ha agrupado y ha puesto en jaque una iniciativa de la Iglesia católica para reformar el artículo 24 de la Constitución mexicana, tendiente a ensanchar su concepto de libertad religiosa. Hay que recapitular. En diciembre de 2011 la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó con albazos y artimañas legislativas una propuesta de reforma sobre libertades, que comprende la libertad religiosa. La redacción de plano amenazaba la laicidad del Estado, en particular acechaba la educación laica suscrita en el artículo tercero constitucional al abrir la posibilidad de la educación católica en las escuelas públicas a petición de los padres. Se especuló, entonces, que Enrique Peña Nieto y el grupo parlamentario priísta del estado de México habrían negociado principalmente con monseñor Carlos Aguiar Retes, presidente de la CEM, quien desde el inicio de su mandato, hace seis años, manifestó su intención de ir más allá de la libertad de culto para alcanzar una verdadera y moderna libertad religiosa (Proceso, 1574, noviembre; 2006). Recordemos que esta reforma polémica se daba en vísperas de la visita del papa Benedicto XVI a México y en el contexto de las campañas electorales de 2012. Tanto por el contenido como por el desaseo parlamentario, la propuesta generó una mayúscula desaprobación mediática, en la que intervienen notables militantes del propio PRI. Se activa de manera vigorosa un pequeño pero persistente movimiento que rechaza la reforma y se moviliza con presencia pública en las calles en todo el país. Grupos religiosos, como la Luz del Mundo, Católicas por el Derecho a Decidir y otras iglesias se coordinan con grupos laicistas, académicos, logias masónicas, defensores de los derechos humanos, grupos de lesbianas y homosexuales. El núcleo de dicha coordinación de estos grupos tan heterogéneos ocurre gracias a la intervención del Foro Intereclesiástico Mexicano. Dicha amalgama de agrupaciones comparte no sólo el rechazo a la reforma del 24, sino su anticlericalismo y las pretensiones de la alta jerarquía de imponer sus intereses desde la cúpula del poder. La redacción de la reforma se transforma y a nadie deja satisfecho, pues queda una formulación casi gelatinosa que finalmente se aprueba: la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión. Posteriormente en el Senado se aprueban en marzo de este año dos minutas, se negocia la aprobación simultánea del artículo 40, que añada el carácter laico al Estado mexicano, y la del nuevo artículo 24. Los dictámenes se han turnado a los congresos locales de la Federación; como se recordará, con la mitad más uno las reformas se validan constitucionalmente.

Con poca visibilidad mediática, opacada por el proceso electoral, se ha desatado en cada estado un campo de batalla. Las llamadasmoscas con el menoscabo de Prigione están poniendo en jaque la reforma. El episcopado ya ha externado su preocupación y ha acusado a La Luz del Mundo de confundir a la opinión pública. La resultante amerita la preocupación católica. Hasta ahora existen 13 congresos locales que han votado los dictámenes: estado de México, Morelos, Hidalgo, BC, Tlaxcala, Sonora, Michoacán, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Oaxaca, Yucatán y Coahuila. Los 13 congresos han aprobado el artículo 40 y cinco han rechazado el artículo 24 (Morelos, BC, Oaxaca, Tlaxcala, Michoacán y Zacatecas).

Los focos rojos de la jerarquía no sólo se han encendido, sino que se ha intensificado el cabildeo para revertir la correlación. Sin embargo, varios obispos católicos no están decididamente comprometidos con la reforma. Por tanto, es de resaltar que los obispos muestran fisuras. Nos es tan necesaria, es la reforma de Aguiar Retespara qué abrir nuevos frentes. Los obispos de Baja California, por ejemplo, reaccionan tarde y tibiamente; ¡se pronuncian un mes después de haber sido rechazada! A escala política también se presenta una heterogeneidad saludable, a pesar de que la mayoría priísta en la Cámara de Diputados y en el Senado fue por la aprobatoria, en todas las entidades el 24 ha sido rechazado predomina el voto priísta en los congresos. Es decir, la disidencia ha estado principalmente en el PRI y se percibe la influencia de diversos grupos masónicos. Sin embargo, el caso de Coahuila presagia ajustes y línea desde la actual nueva circunstancia política del país. La comisión de puntos constitucionales del Congreso de Coahuila había rechazado el dictamen, pero en el pleno de la asamblea cambian el sentido del voto y finalmente se aprueba el 24. Pareciera que la disciplina peñista se va a imponer, especialmente si es cierto el rumor del acuerdo con la presidencia de la CEM; en particular tendremos un indicador en los 11 congresos que recién estrenan labores. Hay entidades en las que el debate es intenso y apasionado, como en Veracruz, Puebla, Nuevo León y Yucatán.

Más que en las iglesias, la pelota está en la cancha del PRI. En cierto sentido, la arrogancia católica se ha topado por primera vez en la historia con minorías cuyo activismo social la amenaza. La iglesia Luz del Mundo ha mostrado músculo y, a pesar de ser muy conservadora en muchos rubros, ha tenido la capacidad de tejer alianzas insospechadas y ha sido capaz de hacer interlocución con sectores intelectuales y actores seculares. Sin duda, el PRI tiene la manija en la aprobación del artículo 24. Las discusiones no sólo son acaloradas, sino que pasan a manifestaciones públicas y toma de instalaciones. Peña Nieto tiene en la reforma una función de estreno; su partido está divido frente a ella. ¿Logrará imponer disciplina a la vieja usanza? ¿Mediará entre la presión religiosa y las corrientes laicistas del partido? ¿Intentará conciliar e incidir

La Jornada, miércoles 29 de agosto de 2012

Benedicto XVI llega a México en un momento político muy delicado

marzo 20, 2012

Los analistas coincidieron que la llegada de Benedicto XVI a México será un evento político que tendrá distintas vías de análisis

CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — No es casualidad que el papa BenedictoXVI llegué a México en un momento político clave para el proceso electoral rumbo a las elecciones presidenciales del 1 de julio, coincidieron analistas en el programa México Opina, transmitido por CNN en Español.

«(BenedictoXVI) viene en un momento delicado, estamos por elegir un futuro en términos políticos, el decir que la visita del Papa no es político, es digno de duda, pues (entonces) hubiera elegido otro momento», dijo el analista Bernardo Barranco.

El Papa podría reunirse con los virtuales candidatos a la Presidencia durante su gira por Guanajuato el fin de semana próximo.

Barranco dijo que todos los partidos buscarán la manera de sacar ventaja de la visita papal, «todos dirían que sería Josefina Vázquez Mota, pero no olvidemos que el PRI de Enrique Peña Nieto, en términos religiosos, es tan conservador como el PAN y hasta Andrés Manuel levantó la mano con la idea de su República Amorosa”.

Sin embargo, para Marilú Esponda, Coordinadora de Catholic VoicesMéxico, la llegada de Benedicto XVI no es para influir en una serie de acciones políticas, «está enterado de la situación de México, pero viene porque le importan los mexicanos, pero no para favorecer a un partido».

Por su parte, el periodista Ignacio Lozano dijo que la iglesia católica esta muy interesada en mandar un mensaje de armonía y de paz debido a la violencia que sufre el país por el crimen organizado.

«Un ejemplo de ese mensaje de paz fue el recorrido de las reliquias de Juan Pablo II , aunque es inevitable que se considere la posibilidad de que la visita se politice», dijo Lozano, quien añadió que los candidatos de los tres partidos más importantes están de acuerdo en tomarse la foto con el Papa, pero sería en la opinión pública donde se generaría el debate.

La Iglesia católica mexicana publicó una guía para «orientar» el voto de los católicos, donde se señala que los sacerdotes deben decir qué políticas «contradicen» a la religión. En varios puntos, llama a no apoyar a partidos que promueven «falsos derechos y libertades».

«El Papa no va a venir a decir voten por el PAN o el PRI, el Papa es aprovechado para bendecir la política de Felipe Calderón en contra del crimen organizado», aseguró Barranco.

Benedicto XVI sostendrá un encuentro privado con el presidente Felipe Calderón el 25 de marzo en la Casa del Conde Rul, en Guanajuato. Al concluir, se espera que ambos dirijan un mensaje público.

«Tenemos una clase política que en temas religiosos es cada vez más conservadora y (la reforma) al articulo 24 constitucional es un claro ejemplo», finalizó Barranco.

La iniciativa de reforma al artículo 24 constitucional ha causado polémica entre académicos y agrupaciones religiosas, pues sus opositores argumentan que fue elaborada sin transparencia y que pone en peligro el Estado laico.

El papa Benedicto XVI visitará Guanajuato del 23 al 26 de marzo próximo.

Ver la emisión integra:

CNN, México Opina, domingo 18 de marzo de 2012

La reforma al artículo 24: todos pierden

diciembre 21, 2011
Bernardo Barranco V

En forma y fondo, la reforma al artículo 24 ha sido un fracaso. La Iglesia católica no quedó plenamente satisfecha, finalmente con una formulación amorfa, y los grupos laicistas quedaron agraviados por los desaseos legislativos de PAN y PRI, los cuales, a toda costa, se propusieron imponer una reforma con base en madruguetes y marrullerías legislativas, provocando la ira y nuevos sainetes entre los diputados. Una vez más, como sociedad, perdimos la oportunidad de un debate a fondo y de altura sobre libertades y derechos humanos. En cambio, reinó el oportunismo y la camorra; 80 por ciento del debate en San Lázaro se consumió en reproches de procedimientos, mociones, recriminaciones de los actores, y unos pocos entraron en el tema sustancial de las libertades en una sociedad moderna.

Con la reforma todos perdimos; la frustración en ciertos sectores del PAN era evidente, porque la reforma pudo ir más lejos y el dictamen elaborado por José Ricardo López Pescador se fue desdibujando; el PRI salió fracturado; algunos se sintieron agraviados y de plano se fueron; ahora la propia reforma está en riesgo porque puede revertirse en el Senado, según anunció María de los Ángeles Moreno, quien consideró grave que el coordinador de los diputados de su partido, María de los Ángeles Moreno, haya exigido a los integrantes de su bancada sacar esa reforma de manera acelerada y casi a escondidas, ya que el dictamen se aprueba en la madrugada y de inmediato se presentó al pleno. Todo apunta nuevamente hacia Enrique Peña Nieto. Y en el PRD se puso de manifiesto la división interna. La facción de los chuchos vende su voto a cambio de la presidencia de la mesa directiva de la Cámara y festejó el resultado. Perdimos todos porque de un total de 500 votos, sólo se pronunciaron los 260 legisladores, es decir, apenas 52 por ciento. ¿Dónde se metieron los 240 diputados restantes que se ausentaron y por qué abandonaron el recinto?

La pérdida de la congruencia de los actores políticos es notable. El pragmatismo político conduce, cuando se actúa bajo consigna, a la pérdida de dignidad intelectual y política: tal es el caso de Emilio Chuayffet. Hace tan sólo unos días, alertó sobre la manipulación de conciencias por parte de la Iglesia católica y reafirmó su rechazo a la intervención de esa institución en la vida política de México, en la presentación de un libro, el 27 de noviembre. Fue contundente al afirmar: Por eso la queremos lejos los católicos, por eso no queremos que intervenga en la vida política, porque sabemos cuán lejos puede llegar y de qué manera tan sencilla puede manipular conciencias y orientar en su favor, en su propio interés, lo que ella dicta como prioritario. Emilio Chuayffet y la bancada priísta mexiquense fueron los principales promotores de la polémica reforma al artículo 24. La tradición laica y liberal de PRI se cuartea ante la lógica de poder de corto plazo que significa congraciarse con la Iglesia en tanto actor fáctico, y ceder a la pretensión explícita del clero, como ha sido reivindicar la libertad religiosa, para posicionarse de manera privilegiada en la lucha electoral por reconquistar Los Pinos como obsesión. En la reforma del artículo 24, PAN y PRI se alían en la carrera para granjearse las simpatías de clero y en vísperas de una inoportuna visita pontifical de Bendicto XVI a tan sólo unos días de iniciarse formalmente las campañas políticas.

La disputa sobre la reforma al artículo 24, de nuevo nos ha mostrado las heridas aún no cicatrizadas y que de alguna manera están vivas en la memoria colectiva de una parte importante de los mexicanos, las dos guerras fraticidas en la historia de la nación, así como de la torpe irrupción política que el alto clero, sobre todo los cardenales, que ha provocado en diversas coyunturas alta tensión y polarización social. He conversado con un obispo que, a propósito del desenlace sobre el artículo 24, muestra extrañeza y hasta desesperación por el rechazo y la suspicacia de actores laicistas y seculares sobre la presencia social de la Iglesia, y en especial por la percepción de desmedida ambición y constante búsqueda de privilegios. Lo que se le dificulta comprender a muchos actores religiosos es que el Estado moderno mexicano se funda y es fruto de un profundo conflicto religioso.

Más que jurídica y hasta política, el episodio del artículo 24 nos muestra una disputa simbólica. La reforma tiene que pasar aún por el Senado, probablemente se acompañe de otra reforma pendiente al artículo 40 que contrarreste el actual. El riesgo de un pobre debate nos puede conducir a falsas disyuntivas y callejones sin salida. Pensar que a mayor libertad religiosa menor Estado laico es un planteamiento absurdo; también a la inversa, el fortalecer el carácter laico del Estado, las libertades religiosas serán acotadas. Todo lo contrario, sólo un verdadero Estado laico es el único que garantiza la libertad religiosa, la equidad y el respeto de las minorías. Por ello, lamentablemente, por la forma en que se procesó la reforma del artículo 24, todos salimos perdiendo