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La encíclica ecologista del papa Francisco

junio 18, 2015
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La encíclica ecologista del papa Francisco
Por Bernardo Barranco

En medio de polémicas y tensiones, el papa Francisco hace pública su encíclica Alabado seas, sobre el cuidado de la casa común, en la que advierte los gravísimos problemas del medio ambiente y hace responsable al sistema económico mundial de llevar a la humanidad al borde del colapso, por carecer de sustento ético. La voracidad del capitalismo de mercado y del dios dinero están llevando a la humanidad también a la contaminación del alma del ser humano y la corrosión de su espíritu.

Bergoglio se arropa en el pensamiento de sus predecesores y de manera audaz recupera la crítica de Ratzinger a la cultura del relativismo, aplicada por Francisco al sistema económico y al deterioro del medio ambiente. Para Bergoglio la cultura del relativismo es la misma enfermedad que impulsa a una persona a tomar ventaja de la otra y tratarla como un mero objeto.

Por otra parte, el papa Francisco en este importante texto cuestiona a aquellos que argumentan que el derecho a la propiedad privada es un principio absoluto e intocable, haciendo hincapié en la función social de cualquier forma de propiedad. Dice el Papa: La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada.

La encíclica, que lleva el título Alabado seas, tiene seis capítulos y dos oraciones finales. El lenguaje del Papa es sencillo, directo, sin excesivos tecnicismos teológicos ni doctrinales. Su tono es crítico sin ser catastrofista.

Tiene un primer capítulo demoledor titulado Lo que está pasando en nuestra casa. El severo análisis del Papa aborda la interconexión entre contaminación y cambio climático, la mala gestión del agua, la pérdida de la biodiversidad, la gran desigualdad entre regiones ricas y pobres; la debilidad de políticas insuficientes ante la catástrofe ecológica. Como era de esperarse, sus poderosos detractores lo critican –desde Jeb Bush hasta la extrema derecha italiana y sectores de la curia– porque no sólo diagnostica los problemas, sino que señala a los culpables.

Francisco pretende abrir un debate; se dirige no sólo a los creyentes, sino a todos los que pueden colaborar en invertir la tendencia de la degradación del planeta. Esta encíclica está dirigida a todos los que puedan recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado. Hay un intento explícito del Papa de que el texto sea acogido y discutido por otras grandes corrientes religiosas que viven la amenaza ecológica.

La versión italiana de la encíclica fue filtrada y publicada en el sitio web del semanario L’Espresso tres días antes de la fecha proyectada. Podríamos decir que Francisco ya tuvo también su Vatileaks.

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Según expertos vaticanistas la filtración es una estrategia de los círculos conservadores con un doble propósito: a) debilitar el mensaje e impacto de la encíclica, porque en algunos pasajes es muy crítico a los países poderosos y b) golpear y bloquear la imagen del Papa en el contexto de la resistencia a su obra de renovación de la Iglesia.

La filtración ha provocado, por ejemplo, que Jeb Bush, precandidato a la presidencia de Estados Unidos, representante de los rancios intereses de compañías petroleras, arremeta contra el Papa por denunciar en su encíclica el cambio climático: No me dejaré dictar en la política económica por mis obispos, mis cardenales o mi Papa. Incluso llega a insinuar la arrogancia de Francisco, al decir: Es una arrogancia sostener que con relación a los cambios climáticos exista una ciencia exacta. Esperando leer el texto completo, Jeb Bush afirmó en New Hampshire que la religión debería ocuparse de hacer mejores a las personas y menos de cuestiones que tienen que ver con aspectos políticos.

En la encíclica el Papa encara lo que llama los depredadores del planeta. En el capítulo Desarrollo y progreso, Francisco provoca: no es suficiente conciliar el cuidado de la naturaleza con los ingresos financieros, o la preservación del medio ambiente con el progreso. El término ambiental es sólo un pequeño retraso en el desastre. Se trata simplemente de redefinir el progreso.

En Economía cuestiona los fundamentos de la economía mundial como responsables no sólo de los daños ecológicos irreversibles, sino de la lacerante desigualdad entre los países y los criterios obsoletos que se siguen para gobernar el mundo. Francisco es enfático: la producción no siempre es racional, a menudo está vinculada a variables económicas que dan al producto un valor que no se corresponde con el real. Esto provoca a menudo la sobreproducción de ciertos bienes, con un impacto ambiental, al mismo tiempo perjudica a muchas economías.

carta-enciclica-laudato-siEn Deuda externa, el Papa señala que “la deuda externa de los países pobres se ha convertido en una herramienta de control, pero no es lo mismo que ocurre con la deuda ecológica… es necesario que los países desarrollados contribuyan a la solución de este límite tan importante para el consumo de energía no renovable de la deuda, y traer recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible”.

La tecnología. El Papa dice que no se puede ignorar que “la energía nuclear, la biotecnología, la tecnología de la información, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras capacidades que hemos adquirido nos ofrecen un enorme poder… ¿En manos de quién está y qué puede lograr tanto poder? Es terriblemente arriesgado que resida en una pequeña parte de la humanidad”.

El cambio climático. Bergoglio alarmado advierte: Si la tendencia actual continúa, este siglo podría presenciar un cambio climático sin precedente y la destrucción de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos. El Papa no ocultó el hecho de que “muchos de los que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse principalmente en los problemas superficiales y en ocultar los síntomas, tratando de minimizar los efectos negativos del cambio climático. Pero muchas señales indican que estos efectos pueden ser peores si seguimos con los actuales patrones de producción y consumo.

Francisco habla de una nueva relación con la Tierra. La tierra y su cultivo como expresiones de espiritualidad. No es casualidad que la encíclica inicie con el Cántico de las criaturas, de San Francisco de Asís, considerado el primer texto ecológico de la historia, escrito antes de la muerte este defensor de la naturaleza, en 1226.

Francisco jesuita, Bergoglio no tanto

marzo 20, 2013

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Francisco jesuita, Bergoglio no tanto

Bernardo Barranco V.

Una de las sorpresas del cónclave no sólo fue haber elegido a un Papa no europeo, sino a un jesuita. El nombramiento de Jorge Mario Bergoglio como Papa causó sorpresa hasta en la propia Compañía de Jesús, ya que por primera vez en la historia el máximo líder de la Iglesia católica será un jesuita. Llama la atención por las fuertes estigmatizaciones y distancias entre la compañía y el pontificado particularmente de Juan Pablo II.

Los últimos papas han privilegiado a otras congregaciones religiosas, como el Opus Dei, a los Focolares, Schoenstatt, Salecianos y de manera trágica a los legionarios de Cristo. Sin embargo, Bergoglio no fue electo Papa por ser jesuita, sino por sus cualidades como pastor, sencillez y austeridad, así como su inteligencia teológica. Pensar que por ser jesuita será un actor de vanguardia y pastoralmente revolucionario es una trágica equivocación. Los cardenales que entraron al cónclave, todos son conservadores sin excepción, incluido por supuesto el actual papa Francisco. Si bien su estilo austero de cura de parroquia contrasta con la opulencia reinante en la curia romana, no debemos confundirnos.

En el plano doctrinal, Bergoglio es tan conservador como el propio Benedicto XVI. Es más, viene de una de las iglesias igualmente más conservadoras de todo el continente latinoamericano, casi como la mexicana. Tampoco debemos absolutizar la idea muy generalizada de que la Compañía de Jesús es progresista por antonomasia. La Iglesia y los jesuitas para nada son un bloque monolito; por el contrario, están atravesados por las más diversas corrientes teológicas y de pensamiento social y filosófico existentes en la realidad secular. Los jesuitas son una gran familia en la que hay de todo, grandes conservadores y grandes reformadores, pensadores posmodernos, sicologistas, nostálgicos de la cristiandad y, por supuesto, grandes simpatizantes de la teología de la liberación.

Jorge Mario Bergoglio forma parte de los conservadores cardenales creados por los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI durante los últimos  35 años

Jorge Mario Bergoglio forma parte de los conservadores cardenales creados por los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI durante los últimos 35 años

En suma, Bergoglio es ideológicamente conservador como la mayoría de cardenales creados por los 35 años del binomio Juan Pablo/Benedicto XVI. Tienen el mismo molde doctrinal y varían en las formas y acentos.

A pesar de lo anterior, los jesuitas son los jesuitas. Algunos ven con mucha esperanza su entronización. Otros le miran con recelo no sólo por su conservadurismo sino por su sagacidad política. Pero el sello jesuita lo tiene. Cuando explicó a los periodistas cómo eligió su nombre Francisco por el abrazo y susurro del cardenal brasileño Claudio Humes, quien le habría dicho al oído: no te olvides de los pobres, tuve la rara sensación de un déjà vu. Y al preparar estas notas encuentro con sorpresa y cierta perplejidad que la misma historia ha sido narrada por otro jesuita. Se trata de Adolfo Nicolás, superior general, de origen español y quien había pasado casi toda su vida como misionero en Asia. Cito un artículo publicado por el que escribe hace más de cinco años: “A la sorpresiva opción por Nicolás que pocos le daban crédito, y representa una apertura de la Compañía a las opciones más pastorales y misioneras que han venido resquebrajándose en la Iglesia católica en general. ‘No te olvides de los pobres’, dijo un jesuita compañero al nuevo general al felicitarlo por su nombramiento después de ser elegido. Lo contó él mismo, con mucha emoción, en su primera homilía como superior de la Compañía, en la misa celebrada en la iglesia del Gesú: Uno de vosotros me ha dicho en un susurro: ‘¡No te olvides de los pobres!’ Quizá éste es el saludo más importante, como cuando Pablo se dirige a las iglesias más ricas pidiendo para los pobres de Jerusalén. No te olvides de los pobres: éstas son nuestras ‘naciones’. Éstas son las naciones para las que la salvación es todavía un sueño, un deseo. Quizá está ya entre ellas, pero no la perciben” ( La Jornada, miércoles 23 de enero de 2008).

Adolfo Nicolás superior general de los jesuitas ya había contado la historia 5 años antes de que alguien le susuraba al oído: "no te olvides de los pobres"

Adolfo Nicolás superior general de los jesuitas ya había contado la historia 5 años antes de que alguien le susuraba al oído: «no te olvides de los pobres»

Probablemente la anécdota flotó en el ánimo de Bergoglio y de manera inconsciente la clonó para justificar el sentido del nombre, inspirado en San Francisco de Asís, revolucionario de los pobres y crítico de las estructuras eclesiásticas en el siglo XIII. Muchos nos sorprendimos por haber adoptado el nombre de un santo de una congregación que en cierto tiempo rivalizó con los jesuitas: los franciscanos. Por ahí se dice que fue adoptado así, como parte de una buena maniobra típicamente jesuita. A pesar del nombre, el escudo del pontificado del papa Francisco contiene el emblema de la Compañía de Jesús IHS, representa que Jesús es el principio y fundamento de la espiritualidad ignaciana y aunque se explica como la abreviatura de Jesús, hombre salvador, esta es una tradición devocional que se añade al significado original.

Los jesuitas han sido la orden más perseguida, admirada y asediada en la historia de la Iglesia. Los jesuitas siempre siembran polémica. O los aman o los repudian. Los jesuitas fueron fundados en 1534 por el militar místico Ignacio de Loyola, bajo el lema Ad maiorem Dei gloriam (Por la mayor gloria de Dios). Hacen los votos de pobreza, castidad, obediencia y absoluta subordinación al papado. En algún tiempo hubo un juramento antimoderno. Su finalidad esla salvación y perfección de los prójimos a través de la militancia evangélica. Fue aprobada el 27 de septiembre de 1540 por el papa Pablo III. Su estructura es sólida, marcadamente centralizada. La máxima autoridad es el padre general, electo a través de una congregación general. Actualmente, la orden cuenta con cerca de 20 mil miembros y se divide geográficamente en sectores, y éstos a su vez en 64 provincias. Sus normas y principios rectores se resumen en las constituciones y otros documentos fundacionales y normativos.

Bergoglio como jesuita se rebeló al progresismo católico incluso increpó al padre Arrupe de "marxista"

Bergoglio como jesuita se rebeló al progresismo católico incluso increpó al padre Arrupe de «marxista»

Los jesuitas se distinguen de otras órdenes religiosas por su amplio nivel intelectual y aguda capacidad de discernimiento. Además de la disciplina, los jesuitas están presentes en la cultura, la formación académica a través de colegios y universidades de alto reconocimiento. La formación de sus novicios es rigurosa, así como el estilo de vida austero pero decoroso. Sus principios espirituales se fundan sobre la idea de san Ignacio de Loyola de buscar y encontrar a Dios en todas las cosas. En enero de 2008, Adolfo Nicolás asume la conducción jesuítica no sin recibir advertencias de la curia romana. Franc Rodé, entonces prefecto de la sagrada congregación para los institutos de vida consagrada, formuló en la misa inaugural del 7 de enero de 2008 que veía con inquietud el alejamiento de la Compañía de la jerarquía de la Iglesia y le recordaba que la espiritualidad ignaciana era de absoluta subordinación al Papa; advirtió también a los teólogos jesuitas que “deben vigilar sobre la doctrina de vuestras revistas, de las publicaciones, lo hagan a la luz y según las reglas para sentir cum Ecclesia con amor y respeto”. La alusión era clara a las condenas que el Vaticano había evidenciado entonces contra los jesuitas Jon Sobrino, Roger Haight, Jacques Dupuis y Anthony de Mello.

Bergoglio estaría en esta tesitura de mayor disciplina y control doctrinal de los jesuitas. Por ello, algunos jesuitas dicen en silencio que Bergoglio, a pesar de ser jesuita, está más cercano ideológicamente al Opus Dei. Otros recuerdan sus increpaciones al padre Pedro Arrupe, prepósito general de la Compañía entre 1965 y 1983, por tolerar la infiltración de la subversión marxista en la Iglesia. No son casuales los reclamos y reproches que enfrenta en su país sobre su actitud y silencios cómplices durante el golpe y la dictadura militar. Aunque algunos lo exculpan, como Adolfo Pérez Esquivel, el papa Francisco debe clarificar su proceder de manera más amplia no sólo a la sociedad argentina, sino a la feligresía mundial. Y pudo haberse equivocado, a más de 30 años de distancia uno puede entender el clima crispado de polarización, pero ante todo debe primar la verdad y la honestidad de un altísimo conductor espiritual. Y sobre todo la Iglesia argentina, que no quiere o no puede reconocer sus errores y diagnósticos equivocados de ese periodo dramático en la vida de aquel país.

¿Bergoglio,  adicto al poder?

¿Bergoglio, adicto al poder?

Para el historiador italiano Alberto Melloni, el papa Francisco es ante todo un jesuita por formación, así lo demostró, por ejemplo, manteniendo un gran equilibrio sicológico ese miércoles cuando se anuncia su elección. No estaba ni siquiera especialmente emocionado, dice Melloni; eso le viene de la espiritualidad que enseña la santa indiferencia, el desapego a los altos cargos y al poder superficial.

Finalmente, son inquietantes los testimonios críticos de personas que han convivido de cerca con el ahora sumo pontífice. Óscar Cámara, profesor en el Centro de Estudios Salesiano de Buenos Aires y del Instituto Teológico Franciscano, sostiene de manera contundente sobre el papa Francisco que “su austeridad personal, indiscutible, siempre ha convivido con una decidida y sostenida búsqueda del poder, primero en su congregación, luego en la Iglesia argentina y ahora universal. Bergoglio es un estratega y un político, como hace mucho no había en nuestra Iglesia… No obstante los antecedentes, no habría que descartar que una figura tan lejana al ceremonial y al protocolo, y consciente de la necesidad de ponerle fin a los escándalos (financieros, sexuales, políticos) continuados desde hace tiempo en la Iglesia universal y en Roma, sea capaz de imponer un cambio de rumbo en muchos temas sensibles” ( Página 12, 15 de marzo de 2013, Buenos Aires).

La Jornada, miércoles 20 de marzo de 2013

¿Qué esperar del nuevo papa Francisco?

marzo 19, 2013
¿Esta señales de sencillez y humildad marcarán el pontificado del Papa Francisco?

¿Esta señales de sencillez y humildad marcarán el pontificado del Papa Francisco?

¿Qué esperar del nuevo papa Francisco?

Bernardo Barranco V.

El Vaticano regresa al espectáculo que más le gusta, el litúrgico. Momentáneamente deja atrás los escándalos para dar paso a la ceremonia de entronización del papa Francisco. Las formas de las ceremonias acaparan el interés y embeleso; grandes personajes de la política y del poder se darán cita. Los liturgistas explicarán sabiamente los protocolos, gestos, símbolos y rituales que se creían perdidos en la cuna de Occidente. Pareciera que pasado y presente se concilian; la tradición visual vincula legados evocados bajo la fascinación de los espectadores atraídos quizá por la pérdida de significados actuales. Toda esta teatralidad y escenografía medieval, que cautiva incluso a no creyentes, no oculta para nada el hecho de que la Iglesia católica se encuentra en medio de una severa crisis. La misa de inicio de pontificado de Francisco se da en medio de muchas expectativas, preguntas e inquietudes por el futuro inmediato de la cimbrada catolicidad. Uno de estos espectadores, no hay que olvidarlo, será precisamente un papa emérito que renuncia exhausto por las intrigas palaciegas del Vaticano. Si a partir del Concilio Vaticano II se cuestionó el progresismo católico por sus audacias, como una amenaza a la identidad de la Iglesia, hoy su contraparte, el conservadurismo jerárquico, tras gobernar 50 años está dejando a la Iglesia al borde de la ruina. El conservadurismo católico no sólo ha puesto en riesgo la identidad eclesial, sino la viabilidad institucional de la Iglesia, hoy amenazada. Por ello se hace necesaria una nueva síntesis, más allá de los conservadurismos y progresismos católicos. Son obligadas importantes reformas y cambios en la estructura eclesial, especialmente de la corrupta curia romana. De ahí la expectativa no sólo del mensaje-homilía del nuevo pontífice, sino de los gestos y señales que han venido interpretándose estos días.

¿San Francisco de Asís su paradigma?

¿San Francisco de Asís su paradigma?

La primera señal es el nombre. Francisco tiene un sig­nificado profundo. El propio Bergoglio ha expresado que se impresionó con un saludo de su amigo, el cardenal Claudio Humes; al final de las votaciones durante el cónclave, le dijo:no te olvides de los pobres. El nombre del Papa se inspira en Francisco de Asís, defensor radical de los pobres y cuestionador de las riquezas y abusos de la corte clerical romana del siglo XII. Con los periodistas Francisco expresó:¡Cómo me gustaría tener una Iglesia pobre y para los pobres! El tema de la pobreza es muy latinoamericano. Está directamente vinculado con el de la justicia social, que tanto enarbolaron las reuniones episcopales de Medellín (1968) y Puebla (1979).

El segundo gesto importante fue el embarazoso y accidental encuentro que el nuevo Papa tuvo con Bernard Law en la Basílica de Santa María la Mayor. El arzobispo emérito de Boston está acusado de haber encubierto a 250 curas pederastas. Según infoma Il Fatto Quotidiano y después fue recogido por las agencias informativas, el Papa habría sido muy severo con el cardenal: No quiero que frecuente esta basílica, zanjó, tajante, Bergoglio. Y lo quiere obligar a guardarse en un monasterio de clausura. Este hecho podría interpretarse como que el papa Francisco podría ser mucho más severo y punitivo que su antecesor frente a la crisis de pederastia clerical que sigue azotando a la Iglesia. Bergoglio ha derrochado gestos que se salen del protocolo; por su sencillez y expresiones de humildad recuerdan la actitud desenfadada de Juan XXIII. Intelectualmente, el pontífice ar­gentino tiene nivel para no desentonar con Paulo VI y Benedicto XVI, y desde la perspectiva social parece aún más radical que el carismático Juan Pablo II. Y todos esperamos que no siga la suerte dramática del que prometía ser un pontificado renovador en 1978; nos referimos al papa Albino Luciani, Juan Pablo I.

La relación de Jorge Mario Bergoglio con la dictadura militar aun está pendientes de clarificar

La relación de Jorge Mario Bergoglio con la dictadura militar aun está pendientes de clarificar

El que Bergoglio sea un Papa latinoamericano es un signo importante de inevitables reacomodos en la geopolítica eclesial del catolicismo. Europa e Italia ya no pueden seguir siendo el centro de la cristiandad. Éste se está desplazando en una lógica policéntrica hacia el hemisferio sur, en particular hacia América Latina, que tiene 483 millones de católicos, más de 40 por ciento de la catolicidad actual. La elección de un pontífice que provienedel fin del mundo tiene relevancia, por cierto, expresión eurocéntrica involuntaria del propio Bergoglio. ¿Fin del mundo en relación con qué?, se pregunta el destacado sociólogo brasileño Luiz Alberto Gomes de Souza. La presencia por primera vez de un Papa no europeo pone en evidencia la situación dramática de la fe en aquella región que bien puede considerarse ahora paradójicamente como tierra de misión.

Bergoglio enfrenta como Papa cuestionamientos, los profundos propios a la Iglesia. Así como a Pío XII se le cuestiona su actuar durante la Segunda Guerra Mundial, a Ratzinger su obligada milicia en las tropas nazis, el papa Francisco enfrenta el silencio, la complicidad y en muchos casos la colaboración de la Iglesia durante el golpe y dictadura militar en Argentina. Una herida no cicatrizada en aquel país, de la cual la Iglesia no ha querido reconocer, plena y honestamente, responsabilidades mayores ni se ha atrevido a pedir perdón a la sociedad argentina. El expediente sobre la relación entre la Iglesia y las dictaduras militares ha dejado de ser un asunto doméstico y ahora se abrirá nuevamente la desgarradora historia, bajo la mirada mediática de la sociedad global.

Está claro que muchos de los problemas que existen hoy en el catolicismo no pueden ser resueltos rápidamente. Además de la pila de grandes desafíos que encara la Iglesia, como el tema de la mujer, los jóvenes, el celibato, la sexualidad, la pederastia, la banca vaticana, etcétera. La pregunta obligada en el inicio del pontificado del papa Francisco es: ¿será capaz de hacer reformas urgentes? Especialmente en la curia. Una señal poderosa reside en el nombramiento del próximo secretario de Estado, su asistente directo. Si es un italiano curial, habrá cambios cosméticos, pero no reformas a fondo. Y sobre todo, los cambios deberán darse en los dos primeros años del pontificado porque el papa Francisco es viejo y si deja pasar más tiempo, como lo hizo Benedicto XVI, quizá sea demasiado tarde. Francisco necesita, además de reinar su pontificado, gobernar la Iglesia con nuevas hipótesis.

 La Jornada, martes 19 de marzo de 2013.